Alberto Rui Costa dio a Movistar en el alto de Super Besse su primer triunfo en el Tour en una temporada marcada por las grandes alegrías y las enormes desgracias. No ha habido término medio y el día de ayer fue el reflejo de toda la temporada. Pocos minutos después de que Beñat Intxausti abandonaba en su primer Tour por la fractura en la cabeza del radio del codo derecho sufrida en la primera etapa, el portugués lograba la decimoctava victoria del año, la más importante, de un Movistar que, sin un gran líder, se confirma como un gran equipo.

Rui Costa fue el más fuerte de la primera escapada que consiguió llegar a la meta que compartió con el navarro Xabier Zandio (Sky), Riblon (Ag2r), El Fares y Zingle (Cofidis), Engels (Quick Step), Gauthier (Europcar), Kolobnev (Katusha) y Van Garderen (HTC).

La fuga parecía condenada cuando antes de empezar el penúltimo puerto a 31 kilómetros de meta los fugados apenas mantenían uno de los seis minutos con los que llegaron a contar. Pero Astana, que fue el equipo que redujo la diferencia, quiso lanzar un ataque de lejos para que Alexander Vinokourov cumpliera su sueño de vestir el maillot amarillo en su última temporada como profesional.

El kazajo apostó a un todo o nada. No se conformó con buscar la etapa en la subida final. En la penúltima, de Segunda, ordenó saltar a Tiralongo, tras el que se fue Amets Txurruka. Entonces se frenó el pelotón y en la escapada aceleraron los dos hombres mas fuertes, Van Garderen y Rui Costa, lo que provocó que la diferencia volviera a superar los dos minutos en el alto. A un kilómetro de coronar, Vinokourov atacó para empalmar con Tiralongo y contó con la complicidad de Flecha y Zandio para reducir la distancia.

Por delante Rui Costa y Van Garderen fueron atrapados por Riblon y Gauthier y se atacaron constantemente hasta que el portugués lanzó el ataque definitivo. A dos kilómetros de meta, cuando empezaba el repecho final, apenas contaba con veinte segundos sobre Vinokourov, pero el kazajo no pudo más y Rui Costa celebró su victoria más importante como profesional el mismo día en el que se cumplía un año desde que en pleno Tour se liara a puñetazos con Barredo. Poco después dio positivo en un control antidopaje y fue sancionado por un año. Finalmente el castigo fue rebajado a cinco meses y Eusebio Unzue decidió repescarlo en abril y le fichó hasta el 2013. Rui Costa ha agradecido esa confianza con una victoria en la general de la Vuelta a Madrid y con el triunfo más importante logrado por el equipo navarro desde la llegada del nuevo patrocinador.

Sigue la eliminación

Todavía faltan cuatro días para llegar a la alta montaña a los Pirineos y sigue la carrera de eliminación de favoritos. Hesjedal y Kreuziger se despidieron definitivamente de los puestos de honor y la sorpresa la dio uno de los favoritos, Gesink, que cedió más de un minuto tras sufrir en las dos últimas subidas.

Andy Schleck aguantó sin problemas las aceleraciones de Contador en la ascensión final y junto a Evans dieron la sensación de ser los más fuertes. También Samuel Sánchez, cuarto en la etapa, aguanta bien con los favoritos y se sitúa en la general detrás de Haimar Zubeldia, que hace bueno el refrán de que no hay mal que por bien no venga.

El usurbildarra estaba llamado a desempeñar un papel de gregario de los cuatro líderes designados por Johan Bruyneel. Al quedarse Klöden como única referencia y bastarse el alemán para ir bien colocado en el pelotón, va a tener más libertad. Horner no pudo salir ayer y Radio Shack pelea por la general por equipos y eso le va a obligar a apretar en todas las etapas de montaña y le puede llevar a realizar una buena general.

Hoy espera otra etapa muy exigente en el Macizo Central entre Issoire y Saint Flour, con 208 kilómetros. Se anuncia lluvia y una temperatura que rondará los quince grados, como ayer. Se suben siete puertos, tres de Segunda, aunque quedan lejos de la meta, que vuelve a estar situada en un repecho de 1.600 metros al 6,1% muy similar al de la etapa de ayer.