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EL DÍA DESPUÉS El holandés reconoce que fue un accidente, pero...

Hoogerland no perdona

Teme haber perdido su única oportunidad de disputar una victoria de etapa y ganar el maillot de la montaña.

AFP | AURILLAC

Johnny Hoogerland aseguraba ayer en rueda de prensa que no estaba dispuesto a «perdonar» al conductor del coche que había provocado la caída de Flecha, y la suya propia, lanzándole contra una valla de alambre donde quedó enredado. El corredor holandés de 28 años, que necesitó 39 puntos de sutura al final de la etapa para coser sus heridas -«me quedarán marcas de esta caída para toda mi vida»-, reconoció ayer que había sido «un accidente, un terrible accidente. Quizá cometió un error, pero no le perdono».

El conductor del vehículo no hizo caso de las advertencias de la dirección de la carrera y, en lugar de apartarse para dejar paso a los coches de los directores deportivos para que puedan atender a los cinco corredores fugados, se puso a adelantar por el estrecho arcén. Las imágenes de televisión permitieron ver que un árbol se interponía en su trayectoria pero, en lugar de frenar, el conductor dio un volantazo para eludirlo y embistió lateralmente a Joan Antoni Flecha y al propio Hoogerland, que salieron malparados y cedieron 16 minutos en la llegada.

«Quizá hubiera tenido la oportunidad de ganar una etapa en el Tour, y también de llevar el maillot de mejor escalador hasta París. Ya no lo sabré jamás. Me sentía mejor que nunca -añadía el holandés de 28 años-, y ahora ni siquiera sé lo que podré hacer mañana [por hoy]».

«Él [el chófer] seguramente no lo habrá hecho adrede, pero me ha hecho caer, y estoy cabreado». Al preguntarle sobre la seguridad del Tour, Hoogerland contestaba que «no es demasiado peligroso. Yo he corrido el Giro y querían hacernos descender el Montegrossi: eso sí es peligroso. El recorrido de ayer no lo era, y todo está muy bien organizado. Por supuesto -añadía el corredor de Vacansoleil-, hay muchos coches y motos, pero se trata del tercer evento deportivo del mundo, después de los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol. Es normal que haya tantos, pero quizá sea necesario revisar las normas», subrayaba sobre las condiciones de seguridad en la carrera.

Mejor en bici que en las escaleras

Al preguntarle cómo se encontraba tras la caída, declaraba que se encontraba más cómodo «sobre mi bicicleta que subiendo escaleras. Mañana [por hoy] tomaré la salida, aunque no sé qué pasará». Hoogerland, que mostraba su devoción por la carrera francesa, finalizaba su alocución diciendo que «esto no debe volver a pasar».

Mientras tanto, su equipo comunicaba ayer que emprender alguna acción jurídica contra el conductor del vehículo «no entra dentro de nuestras prioridades». Vacansoleil aceptó las excusas de la organización y de France Télévisions -el coche pertenece a esta sociedad que proporciona la señal de la carrera a las televisiones-, y eximió de responsabilidades a la organización, subrayando que ésta correspondía al chófer.

El director del equipo, Hilaire van der Schueren, recalcó que ahora lo importante era el estado de Hoogerland y que pudiera seguir la carrera y defender su maillot de la montaña. Pese a todo, se quejó de que había demasiadas motos detrás del pelotón -«de la organización, de los comisarios, fotógrafos, policías... es demasiado»-, y que era muy difícil trabajar así, aunque también reconoció que no es sencillo encontrar una solución. «El ciclismo necesita a la prensa, y la prensa al ciclismo». Respecto a los coches, pidió más control sobre los conductores, y más prudencia a la hora de adelantar a los ciclistas.

Pese a todo, el Ministerio Público de Aurillac anunció ayer mismo que había abierto una investigación preliminar para determinar las posibles responsabilidades del accidente. La investigación se refiere a «un accidente de tráfico con daños físicos», y ha sido encargada a la brigada de investigación de la Gendarmería de Aurillac.

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