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El «loco» se estrena en Lezama

Marcelo Bielsa: «No hay excusa para no salir a ganar en cada partido»

«Tenía la sensación de conocer al Athletic», se confesó ayer el nuevo técnico rojiblanco, Marcelo Bielsa, por esa conexión entre ambos por su apuesta por la cantera. Un club al que llega y del que dijo simboliza un «sentimiento romántico, señorial», y que cuenta con jugadores con un «exacerbado sentido de pertenencia». Aspectos, ambos, que le convencieron para comprometerse. «Gratitud y responsabilidad», confesó sentir. Y, a cambio, prometió resultados.

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Joseba VIVANCO | BILBO

Dicen que la primera impresión es la que queda. Y la de Marcelo Bielsa, ayer, fue óptima. Que es en las distancias cortas donde uno se la juega. Y no defraudó el argentino. Nada que ver, en sala de prensa -y es de suponer que sobre el terreno de juego tampoco- con su predecesor en el banquillo de San Mamés. Es un hombre -55 años- al que le persigue una larga y prolija leyenda, que no tiene empacho en desmitificar. Incluso reconoce con naturalidad si algo de lo que hace o dice peca de demagógico. Y, por encima de todo, es seguramente un `loco' del fútbol, pero a la vez inteligente, que mide sus palabras, que no habla si no sabe y no exento de humor. ¿Serán capaces los jugadores de estar a su altura `intelectual'?

De momento, ayer, ante decenas de medios de comunicación -incluso chilenos-, delante de hasta diecisiete cámaras de televisión, Marcelo Bielsa se mostró «agradecido» por el recibimiento dispensado y «convencido de la responsabilidad» que la afición ha depositado en él. Dos sentimientos que espera pagar con el único modo que sabe, «con resultados».

Alabó las instalaciones y el organigra técnico de Lezama -hasta reconoció, aunque uno no sabe si en broma o no, que el equipo de trabajo que se ha traído es excesivo-; se mostró orgulloso por poder estar al frente de una plantilla como la que tiene; aseguró que seguía al Athletic desde antes por su apuesta por la cantera -igual que su amado Newell's rosarino-; y hasta admitió que ya le habían aleccionado desde el Club sobre lo de no referirse al equipo con aquello de «el Bilbao». ¿Vivirá -como cuando entrenó a Chile- en las mismas instalaciones de entrenamiento? «Ahora tengo algo más de dinero y me alquilaré algo», contestó ágil e irónico. Como en muchas de sus respuestas. «¿Quizá aquí no sepan que usted...?», comenzó su pregunta un periodista chileno presente, al que Marcelo Bielsa interrumpió con un «...pues que sigan sin saberlo». Así es el Loco.

Ser la «ilusión» de la afición

Pero si fuera de la cancha la personalidad del entrenador sudamericano invita a fantasear con una conversación distendida e intimista bajo la sombra de un roble y una botella de txakolí de por medio, el Club rojiblanco no lo ha fichado por sus dotes de palabra ni sus profundos pensamientos. Lo ha traído a Bilbo para marcar una época. Para sacar jugo a este plantel de jugadores. Y eso pasa también por los logros y los resultados.

Sobre ambos, Bielsa no garantiza nada. Tanto, que hasta apreció que «lo que pasó antes -en referencia al puesto europeo logrado la pasada temporada- no siempre autoriza para saber lo que ocurrirá en el futuro». Y añadió: «En el fútbol, la mayoría de las presunciones fracasan».

No ha venido prometiendo nada más allá de, como decía el día anterior Carlos Gurpegi, «vivir el fútbol 24 horas al día», y en este caso fútbol es sinónimo de Athletic. Pero sí filosofó sobre la proyección que son él y los futbolistas de la «ilusión» del aficionado. Y por ello, dijo, «no podemos prescindir de esa ilusión». Es más, rememoró una frase que alguien le contó y que al recordarla le pone la carne de gallina: «Vine por ti, hazlo por mí». Ése es su leit motiv.

Respecto a lo que no hubo dudas es sobre sus intenciones balompédicas, sobre su máxima futbolística. Y lo demostró al ser cuestionado al respecto de que el estreno liguero sea contra todo un Real Madrid. El rosarino vino a decir algo así como que si lo llega a saber, viene incluso antes. «Hubiera elegido venir sólo con saber que el primer partido era ése», nada que ver con el «era el peor partido que nos podía tocar», que dijo días antes Andoni Iraola.

Quizá en esa mentalidad ganadora sea donde más se vaya a ver la mano de Marcelo Bielsa en este equipo, al que estas campañas le ha faltado muchas veces creérselo. Creer que puede ganar en el Sánchez Pizjuán o Bernabéu. «Siempre hay una motivación para que el siguiente partido aparezca como indispensable ganar y -jugar contra los merengues- es otro argumento más para pensar que es imposible perder», señaló.

«No hay excusas -dijo sobre unos partidos tan trascendentales a un mes vista-. Tengo tiempo suficiente para pensar en el primer partido y de ahí la obligación de ganar cada partido. No hay excusa para no hacerlo».

Koi, Urko y Cerrajería no van

La cuestión es cómo, cuál es el estilo que Bielsa quiere tatuar a este equipo al que tanto potencial se le augura. «Más que cómo jugará, diré qué prefiero que pase. Y eso pasa por tener protagonismo antes que especulación, estar más en el campo rival que en el propio, tener más posesión que intento de recuperar la pelota, que en la medida que se pueda todas las líneas participen en el juego... Luego está el rival, que quiere que pase un cuarto de lo que tú pretendes», resumió su apuesta. «Y creo que hay plantilla para ello», acotó. Hablamos de un grupo de profesionales, entre ellos dos campeones del mundo y otros tres europeos. «Voy a tratar, al menos, de no empeorarlos», se soltó otra de sus graciosas acotaciones.

Un plantel que ayer dispuso de 35 hombres para esas primeras carreras. Demasiados. «Mi ideal es contar con unos 25 jugadores», no tuvo reparo en cuantificar, a los que le gusta sumar algunos jóvenes canteranos.

A media tarde, el Club hacía públicos esos descartes. Entre ellos, destacadas las ausencias de Muniain y Javi Martínez, aunque será para que disfruten de unos días más de reposo. Sí se quedarán en Bilbo por decisión técnica Koikili, Balenziaga, Urko Vera y De Cerio, el recién ascendido del filial Galder Cerrajeria, además de los tres futbolistas que jugaron la pasada campaña como cedidos, Iñigo Pérez, Zubiaurre -ausente ayer con permiso- y Ion Vélez, así como los dos internacionales sub-19, Jonás Ramalho y Jon Aurtenetxe, concentrados para jugar el Europeo de la categoría.

Parece que, pese a los vídeos vistos, Bielsa o, en su defecto, la dirección deportiva de Lezama, no ha dado pie a las sorpresas en su lista de `bajas' para nada definitivas. Quizá sorprenda la de Koikili, jugador muy implicado y apreciado por la afición. Limpieza, así pues, en el saturado carril izquierdo, que abre las puertas a Aurtenetxe e, incluso, al catalán Saborit. Y sorprende que no haya ninguna limpia en el eje de la zaga, donde hasta se lleva a Ocio. Y en el centro del campo, sin sitio para los incorporados, a excepción de Ander Herrera. Adelante, fuera los jugadores con perfil de Llorente.

Viajan los cuatro cachorros

Así, el grupo de jugadores que viajaron por la tarde a La Oliva (Valencia) lo componen: Iraizoz, Toquero, Ustaritz, Amorebieta, San José, David López, Iturraspe, Llorente, De Marcos, Gabilondo, Raúl, Susaeta, Iraola, Orbaiz, Gurpegi, Aitor Ocio, Castillo, Igor Martínez, Ibai, Ekiza y Ander Herrera; completan la comitiva los cachorros Guillermo Fernández, Ruiz de Galarreta, Eric Saborit y Kepa Arrizabalaga.

Bielsa no rehusó siquiera a contestar sobre fichajes. Y llegó a aseverar al respecto que «no descarto que pueda llegar un futbolista», aunque, añadió, ahora mismo no piensa en ello.

Por delante, un largo mes de pretemporada. «Agregaremos un par de partidos más» a los ya concertados, avanzó. Empieza lo bueno. Y «antes de empezar, no debemos ponernos límites», advirtió. Empieza la era Bielsa.

Atención mundial

Todo lo relacionado con Bielsa es noticia en Argentina y Chile. Tanto que ayer su nombre fue trending topic en las redes sociales de ambos países, es decir, lo más comentado. Dos televisiones chilenas y un corresponsal de «La Gazzeta dello Sport» asistieron a su presentación en Lezama

La afición le tributó su cariño; «más del que merezco», dijo él

«¡Cuánto cariño, Marcelo!», le interrogaba un periodista chileno al preparador argentino nada más salir éste al césped de Lezama y mientras dedicaba autógrafos y sonrisas. «Más del que merezco», le respondía por dos veces el aludido. Arribó a Loiu pasadas las ocho de la mañana de ayer, fue directo a las instalaciones rojiblancas y se vio `obligado' a saludar a los alrededor de dos mil aficionados de todas las edades que poblaban el campo de entrenamiento del primer equipo, a ratos, bajo un incesante aguacero.

A la hora prevista para que los jugadores saltaran al terreno de juego, éstos lo hicieron encabezados por el nuevo preparador físico, el 'profe' Luis Bonini. Pero todas las miradas estaban atentas a Bielsa. Se hizo de rogar, pero al final, pasados unos buenos minutos, desde el Club le convencieron de que no podía defraudar a esos cientos de seguidores que soportaban estoicos algo más que sirimiri. Como José Ramón, un jubilado gallego y fiel seguidor del Athletic que había venido desde Santander. «Suelo venir desde allí a muchos entrenamientos. Mi suegro venía a los partidos de San Mamés, en tren, desde, Salamanca». Su espera mereció la pena. Apareció el Loco y no paró de firmar autógrafos en libretas y camisetas, dejarse fotografiar, hasta iba a convertir en protagonista del día a un pequeño de 8 años, Asier, que le pidió su firma y el argentino le invitó a salir con él al campo. Lo hicieron ambos, secundados por su fiel chileno Gabriel Aravena -«le traje por amistad; con él estoy en paz con Chile», bromeó-. Los tres dieron la vuelta al campo, como toreros, saludando, sonriendo, mientras se escuchaban «¡Vamos, Loco!» o «¡Has hecho bien en venir!». En uno de los fondos, una bandera chilena, colgada junto a una ikurriña. En la otra punta, una pancarta le daba la bienvenida: «Ongi etorri `Loko' Bielsa. Beti zurekin». Tras una interminable salutación, el técnico volvió a dedicar firmas y fotos. «¿Me consigues la firma de Toquero?», le preguntó un chaval, Unai, por el jugador más vitoreado en el entrenamiento. «Pero, ¿díme quién es?», respondió el argentino.

Fue casi un visto y no visto, parecido al de los jugadores sobre el césped, que apenas hicieron carreras por tandas. Fue una primera toma de contacto; por la tarde, volvieron a la hierba y cogieron el vuelo hacia Valencia. J.V.

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