Agentes de la Guardia Civil arrestaron a la letrada Arantza Zulueta ayer al mediodía en Hernani cuando se encontraba comiendo en un bar de esta localidad guipuzcoana. Según informaron a GARA.net, los militares armados le notificaron un auto del Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional española en el que se le comunicaba que su situación procesal -se hallaba en libertad provisional desde diciembre- había cambiado al encontrarse nuevos elementos en la causa que se sigue contra ella.

A continuación, la abogada fue trasladada a Madrid. Su detención no es incomunicada y, según fuentes judiciales, está previsto que hoy, a las 10.00, comparezca ante el juez Fernando Grande-Marlaska después de haber pasado la noche en la prisión de Soto del Real.

Medios españoles vincularon el arresto de la letrada vasca con los tres zulos que desmontó el martes la Policía francesa en las cercanías de Baigorri. En concreto, apuntaron a que en la documentación que fue incautada cuando Arantza Zulueta fue detenida anteriormente, en abril de 2010, estaban los planos con los emplazamientos de estos escondites. Unos meses después, en diciembre, fue puesta en libertad tras abonar una fianza de 60.000 euros.

El hallazgo de los zulos se produjo prácticamente al mismo tiempo que en la sede del Ministerio español de Interior, en Madrid, se llevaba a cabo el relevo de Alfredo Pérez Rubalcaba por Antonio Camacho, lo que contribuyó a dar realce al acto protocolario y a que el Ejecutivo español se reafirmase en su discurso de eficacia en la lucha contra ETA.

Al poco de saltar la noticia del «descubrimiento», se conoció que los datos para llegar hasta los tres escondites con armas y explosivos los había obtenido la Guardia Civil en operaciones policiales anteriores, y que los puso a disposición de las autoridades francesas tras comprobar que ya estaban en desuso al no ser visitados.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, no dudó en poner esa operación policial como «prueba de la eficacia de Rubalcaba y Camacho». Y el nuevo ministro avanzó que en su etapa al frente de Interior no habrá «ninguna sorpresa», mientras el que se despedía afirmó: «Vamos a seguir hasta que terminemos la tarea porque ahora estamos viendo el final de la misma».

Zulueta fue arrestada el 14 de abril de 2010 en una operación de la Guardia Civil en la que también fueron apresados los abogados Jon Enparantza e Iker Sarriegi cuando se encontraban en sus despachos. El operativo desplegado en Bizkaia y Gipuzkoa también se saldó con la detención de dos ex presos políticos vascos, así como familiares de represaliados. Fueron diez las personas incomunicadas por orden de Grande-Marlaska.

«Ataque a la defensa»

El movimiento pro amnistía calificó aquel operativo policial como «un ataque a la defensa y la solidaridad hacia el Colectivo de Presos Políticos Vascos».

El tribunal especial español decretó el 2 de diciembre la libertad bajo fianza de los tres letrados. Jon Enparantza e Iker Sarriegi abandonaron la cárcel de Puerto III mientras Arantza Zulueta salía de Granada, donde estuvo incomunicada.

La primera reacción por la nueva detención de Zulueta llegó desde la izquierda abertzale, que denunció lo ocurrido y exigió su inmediata liberación. En un comunicado de prensa, censuró que «el mismo día en que ETA ha puesto nuevamente de manifiesto su compromiso para con la nueva fase abierta en Euskal Herria y su voluntad para aportar en la resolución definitiva del conflicto político», el Estado español «vuelve a responder utilizando la represión».

En su opinión, con esta nueva detención «intenta camuflar con represión e imposición su falta de oferta política para el pueblo que reclama pasos y compromisos hacia la normalización política y democrática». De ahí que la izquierda abertzale hiciera un llamamiento al Estado «a dejar de lado su actividad obstruccionista y de bloqueo y cesar para ello todo tipo de represión».