La división interna en EB está abocada a la escisión del grupo que tiene como referencia a Javier Madrazo, el ex coordinador general que ya ha anunciado que abandonará las filas de la coalición después de que se le implicara en las negociaciones, cuando menos irregulares, de la «mesa B» en la que, según los máximos responsables del PNV en Araba, él mismo participó.

El sector madracista dio ayer un nuevo paso en el camino de la separación. En Bilbo, un grupo de militantes exigió la dimisión del actual coordinador general, Mikel Arana. Las acusaciones que lanzaron contra éste reflejan unas diferencias a todas luces irreconciliables.

En nombre de ese grupo tomó la palabra Carlos Torner, quien explicó que han recogido 311 adhesiones de militantes y cargos locales a un manifiesto en el que se coloca a Mikel Arana como máximo responsable de esta crisis e, incluso, se le presenta como «dictador» y «estalinista». según recogió Europa Press.

Consideran que el coordinador general no ha respetado la voluntad de las bases alavesas que, en referéndum, apoyaron la decisión de votar a su propia candidata, la juntera Nerea Gálvez, en el pleno de investidura en las Juntas Generales, con lo que permitieron la elección de Javier de Andrés (PP) como diputado general.

Precisamente, fue en ese mismo pleno donde el candidato jeltzale, Xabier Agirre, acusó a altos cargos de EB adscritos al sector madracista de haber exigido al PNV cargos y favores económicos a cambio de su voto. Sin embargo, para este grupo de afiliados la raíz del problema no está en esa actuación, ya que acusan a Arana de «expulsar públicamente de la organización, arrogándose el derecho al igual que lo haría cualquier dictador, a las personas por él juzgadas y sentenciadas».

Acusación personal

También exigen su dimisión «por haber entregado el proyecto político de EB a los dirigentes del Partido Comunista de España, en Madrid, obligando a todos los afiliados a mandar sus datos y sus cuotas a la capital del Estado», cuando EB es «una organización soberana». Yendo más allá, aseguran que Arana ha iniciado «un proceso de reafiliación estalinista, que deja sin derechos a todas las personas que no cumplan con su mandato».

Y llegan al plano personal cuando afirman que Arana «ha roto la caja única, quedándose con los ingresos propios de EB provenientes del Parlamento Vasco» y que «en año y medio no ha pasado por su despacho en la sede central de EB, de la que cobra el sueldo más alto de la organización».

La rueda de prensa de Bilbo comenzó a las 10.30. Apenas una hora antes, en declaraciones a Radio Euskadi, Mikel Arana aclaraba que no va a presentar su dimisión a tres meses de la celebración de una asamblea general extraordinaria. Apostilló que, desde que se realizó esa convocatoria, él es el coordinador general «en funciones». «Si estos compañeros entienden que tienen un candidato que puede hacer las cosas mejor que yo, el 12 de noviembre tienen la oportunidad de presentarlo», comentó, antes de asumir que «puede haber una escisión, ya que algunos de los representantes del madracismo ya están hablando de escisión».

Arana espera que el escándalo registrado en Araba «se dé por zanjado» después de que mañana, la Presidencia de EB apruebe un informe «que diga quién ha tenido responsabilidad en todo este asunto». Sin embargo, el sector madracista ya ha adelantado que no respeta a ese órgano y, por su parte, ha convocado una reunión del Consejo Político al día siguiente, con lo que de facto se escenificará la escisión.