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TOUR 2011 Su actuación llevó a reivindicar que el pelotón está más limpio y destacó que ayer los favoritos subieron mucho más despacio

Voeckler: «El ciclismo y yo estamos mucho mejor que en 2004»

El líder del Europcar volvió a mantener el amarillo en Plateau de Beille siete años después de que lo defendiera por 22 segundos ante Lance Armstrong».

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Joseba ITURRIA | PLATEAU DE BEILLE

Thomas Voeckler completó ayer una semana desde que el domingo consiguió el maillot amarillo en Saint Flour, pero fue más protagonista que ningún otro día porque su ascensión en Plateau de Beille resultó sorprendente. No sólo llegó a meta con los favoritos, algo que reconoció que ni él mismo esperaba, sino que dio la sensación de ser uno de los más fuertes del grupo de favoritos y fue el que saltó a la mayor parte de los ataques.

La casualidad quiso que su gran subida fuera en el mismo puerto en el que en 2004 también mantuvo el maillot amarillo. La gran diferencia fue que llegó muy lejos de los hombres fuertes, Armstrong y Basso, y tuvo que sufrir para mantener el liderato por sólo 22 segundos.

En la rueda de prensa posterior a la etapa se le planteó que la diferente historia se debe a que el ciclismo ahora está más limpio que entonces y el líder del Tour respondió que «desde que pasé a profesionales en 2001 las cosas van mejor en el ciclismo. Desde hace años he comprendido que no había que hacer caso a lo que pasara alrededor, que debía practicar este deporte según mis ideas y siguiendo la forma que yo quiero sin preocuparme de los demás, porque pierdes muchas energías. Pero hay que ser objetivos. El ciclismo va mucho mejor. Todas las instancias del ciclismo están en el buen camino».

Jean Rene Bernaudeau -su director desde que llegó a Les Essarts a la estructura formativa del Vendée, en edad juvenil- siempre se ha caracterizado por abogar por un ciclismo limpio y la prensa francesa entiende dentro de esa nueva realidad no sólo el rendimiento de Voeckler, sino de todo Europcar. El líder y el equipo están entre los que más han ganado este año, a pesar de su bajo presupuesto y de que hasta última hora no pudieron asegurar su continuidad. Rolland volvió a aguantar con Voeckler y Europcar es segundo de la general por equipos a sólo seis segundos de Leopard. También apelaban los periodistas a lo mismo cuando veían a tres franceses -el tercero era Peraud- entre los diez primeros de una dura etapa pirenaica.

«Se ha subido más despacio»

Pero no todo lo atribuyó a que el ciclismo es cada vez más limpio, aunque cuando le preguntaron si ha mejorado mucho él o han empeorado el resto en estos siete años volvió a referirse a que este deporte ha cambiado y a que los puertos se suben a una menor velocidad: «Es difícil comparar esta subida con la de entonces. Habrá que ver los cronos, aunque cambian el viento y los kilómetros. Lo que es seguro es que esta vez se ha subido más despacio. También pienso que he progresado mucho con respecto a entonces. En 2004 tenía 25 años y ahora estoy con el mejor nivel y las mejores piernas de mi carrera, pero estoy seguro de que en 2004 con estas piernas de ahora no habría podido seguir a Armstrong y Basso».

Señalaba que, como entonces, «he conseguido defender el maillot con mucho sufrimiento, pero seguro que los demás también sufrían. No me interesa saber quién era el más fuerte. Mi objetivo era salvar el maillot, me sentía capaz, pero creía que iba a perder tiempo. No pensaba que pudiera llegar hasta arriba con los favoritos».

Entendía que se dieron varios elementos que le favorecieron. Señaló que la escapada no le preocupaba porque «ninguno de los 24 corredores que entraron en la fuga estaban cerca en la general. El mejor clasificado era Sandy Casar a 8:30 y decidimos que nosotros no íbamos a tirar, sino que nos limitamos a controlar y el equipo trabajó muy bien. Andy Schleck me pidió que rodáramos con ellos en cabeza, pero no teníamos interés. Eran ellos los que querían endurecer la carrera y por eso se han puesto por delante».

Además entendía que la subida final se hizo como le convenía, a un ritmo no muy exigente y con unos ataques que no tenían continuidad: «La ascensión a Plateau de Beille ha sido el mejor escenario para mis características. Había viento y eso provocaba que los líderes se pararan después de cada ataque. Yo salía detrás de ellos porque entendía que era la mejor forma de proteger el maillot, me ponía a rueda y me protegía del viento. Por suerte sus aceleraciones no duraban mucho tiempo, y cada vez que se atacaba se reagrupaba el grupo y se paraba».

Su mejor momento

Los periodistas franceses le preguntaron hasta donde puede llegar en este Tour y en el futuro, porque se encuentran con una situación que no esperaban, y no tenían a un corredor vestido de amarillo para disputar la general desde finales de los 80 con Fignon, aunque luego Virenque y Moreau estuvieron con los mejores, pero sin llegar a estas alturas de carrera vestidos de amarillo. Es tal lo que rodea a Voeckler que, dos horas después de acabar la etapa, cuando dejó Plateau de Beille en helicóptero con Vanendert y Andy Schleck -como Samuel en Luz Ardiden-, casi todos los periodistas se levantaron de la sala de prensa y los fotógrafos buscaron la instantánea como si fuera todo un acontecimiento.

El líder del Europcar no se atrevía a ponerse techos porque los rebasa cada año: «En 2009 dije que era mi mejor temporada, en 2010 también me fue muy bien. Y este año, pase lo que pase a partir de ahora, será la mejor. Me encuentro ante mis mejores años, pero no puedo dar explicaciones porque nunca pensaba que mi ambición iba a ser estar con los mejores del Tour».

Thomas Voeckler fue campeón francés y lider del Tour en 2004, pero sus mejores resultados los ha logrado en las tres últimas temporadas. Entre sus muchas victorias de estos tres años destacan dos etapas en el Tour, dos etapas en París-Niza este año, dos generales de Haut Var y el campeonato francés de 2010, en el que ganó el Gran Premio de Quebec (Pro Tour).

De amarillo hasta los Alpes

Tras superar los Pirineos, Voeckler, salvo grave accidente, llegará de amarillo a los Alpes, porque la etapa de hoy con final en Montpellier está llamada a terminar al sprint. Son 193 kilómetros los que separan Limoux de la llegada y los equipos de los sprinters, sobre todo el HTC, se aliarán con el Europcar para que se llegue en pelotón, porque en el recorrido sólo aparece un puerto de cuarta categoría. El lunes es día de descanso y tampoco debería tener problemas para llegar de amarillo el martes a Gap, algo que pocos esperaban cuando logró el maillot.

Con el de ayer, Voeckler lleva dieciséis días de líder en el Tour, con lo que iguala a Bernard Thevenet, ganador de dos Tours. Por ejemplo, Alberto Contador, en sus tres victorias en la prueba, lo ha vestido diecisiete días.

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