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El movimiento social por la educación pública sacude Chile

El movimiento estudiantil en defensa del derecho a la educación y de un modelo público ha sacudido Chile en los últimos meses, con movilizaciones de decenas de miles de personas que el Gobierno de Sebastián Piñera ha reprimido con dureza. La privatización de los centros ha ahogado en deudas a miles de estudiantes.
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El sistema educativo impuesto por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que redujo la aportación estatal a las instituciones públicas y abrió la educación al sector privado está en el origen de la crisis nacional que vive Chile con el sector educativo movilizado en protestas masivas contra este sistema

Los gobiernos de la Concertación (1990-2010) introdujeron algunas reformas aunque igualmente los alumnos de educación superior, un millón en la actualidad, deben recurrir a becas y a créditos para financiar sus estudios.

En la actualidad hay 110.000 estudiantes morosos «ahogados» por los intereses que les cobran las entidades bancarias u organismos estatales por los préstamos concedidos.

Aunque la norma establece que las universidades son corporaciones sin fines de lucro, en la práctica obtienen ventajas tributarias, subsidios y, en ocasiones, beneficios procedentes de negocios montados gracias a subterfugios legales.

Los jóvenes comenzaron hace dos meses a exigir un cambio de sistema y, para intentar calmar a los estudiantes, el presidente, Sebastián Piñera, anunció la semana pasada un Gran Acuerdo Nacional por la Educación (GANE), que beneficiaría a 720.000 alumnos hasta 2014.

La propuesta planteaba la creación de un fondo de 4.000 millones de dólares (2.797 millones de euros) para mejorar el sistema educativo, en un intento por calmar los ánimos entre los estudiantes que habían protagonizado hasta entonces dos grandes marchas (14 y 30 de junio) a favor de una reforma.

El plan fue rechazado tanto por los estudiantes como por los docentes, que consideran que las medidas profundizan en el modelo neoliberal y agudizan la exclusión social. Así, entienden que esas ayudas suponen transferir recursos públicos «a los empresarios que se lucran con la educación», sin garantizar la educación como derecho social.

Los estudiantes quieren que el Estado retome la gestión de los centros públicos que acogen al 90% de los 3,5 millones de alumnos. Exigen aumentar los recursos para la educación, abaratar los precios del transporte público para el sector, mejorar las condiciones de los créditos que deben pagar los universitarios para financiar sus carreras, reducir las desigualdades en las escuelas públicas y no promover la privatización del sector.

Durante el mes de junio, las movilizaciones sacaron a la calle a más de 80.000 personas.

Estudiantes, profesores y padres

La última movilización, el jueves, reunió unas cien mil personas, según los convocantes, en la capital chilena. A los profesores y universitarios se sumaron estudiantes de secundaria, que desde hace semanas mantienen ocupados cientos de colegios para exigir el regreso del sistema a una administración estatal, más recursos y una rebaja permanente del transporte público.

La marcha comenzó en un ambiente festivo y reunió a estudiantes, profesores, padres y niños, pero cuando intentó acercarse al Palacio de la Monda, los policías trataron de impedirlo lanzando gases lacrimógenos y chorros de agua, cuando la temperatura apenas supera los cinco grados.

Fue el origen de una batalla campal, que dejó un saldo de al menos 176 detenidos, a quienes se les acusa de promover los disturbios, y unos 50 heridos, según el Ministerio del Interior, que afirmó que 32 de ellos eran Carabineros -Policía Militarizada-.

Tanto el Colegio de Profesores como las diferentes organizaciones que conforman el espectro estudiantil estimaron en 200.000 los manifestantes en todo Chile.

El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, defendió la actuación de los Carabineros alegando que la marcha no estaba autorizada para que recorriera esa avenida. «Están jugando con fuego. La marcha no estaba autorizada», afirmó, y amenazó con acciones legales. En Santiago fueron detenidas 88 personas, pero en otras ciudades también se registraron disturbios. En Valparaíso fueron arrestadas 16 personas, en San Felipe a 10, en Concepción a 45, en Temuco y Valdivia dos y en Puerto Montt un total de 23, según datos de Carabineros.

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Durante el mes de junio decenas de miles de personas desafiaron las frías temperaturas en dos jornadas de protestas. El pasado jueves, además se enfrentaron a la represión de los Carabineros que atacaron la protesta y detuvieron a 176 personas, ocasionando decenas de heridos.

Las privatizaciones y el modelo neoliberal, en el origen

«El problema de fondo es el modelo liberal, establecido en la Constitución de 1980. No sólo es el Gobierno de Piñera», señala a BBC Mundo la académica y analista política chilena Montserrat Nicolás para explicar la elevada conflictividad social que vive Chile, y que, además de a los estudiantes, afecta a otros sectores. «La demanda principal de los movimientos sociales que han estado protestando es que quieren que todos los chilenos disfruten de la riqueza y avances que ha tenido el país, pero que se limitan a un pequeño sector de la sociedad», apunta por su parte el sociólogo Miguel Urrutia, profesor de la Universidad de Chile. Las protestas han originado una caída de la popularidad del presidente Piñera al 31 % en junio, el peor nivel de 16 meses de mandato.

A las movilizaciones estudiantiles se sumó el lunes la huelga convocada por la Federación de Trabajadores del Cobre -en coincidencia con el 40 aniversario de la nacionalización de la minería por el Gobierno de Allende-, que constituyó una advertencia para Piñera y sus ministros, que pretenden privatizar el 30% que aún queda en manos del Estado de la Corporación Nacional del Cobre, la mayor productora del mundo. GARA

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