Una treintena de agentes de la Policía Municipal de Bilbo, apoyados por unidades de la Ertzaintza, acabaron ayer a primera hora de la mañana con los restos del campamento del 15-M que aún quedaban en el Arriaga. Según fuentes municipales, se desalojaron a 64 personas y se retiraron por los servicios de limpieza 18 toneladas de utensilios y basuras, así como se borraron pintadas del entorno.

Desde el Movimiento 15-M reconocieron unas pocas horas después que el desalojo les había «pillado por sorpresa», acción que analizaron en la asamblea que efectuaron ayer a la tarde. Los «indignados» criticaron que el Consistorio no se hubiera puesto en contacto con ellos y aseguraron que tenían un acuerdo con Bilboko Konpartsak para dejar libre las próximidades del Teatro Arriaga para antes de Aste Nagusia, para que los agentes festivos pudiesen instalar sus txosnas.

Por otro lado, el Movimiento 15-M señaló que el Arriaga ya había dejado de ser el lugar exclusivo de su protesta, ya que en una asamblea general celebrada este pasado domingo decidieron pasar a trabajar en pueblos y barrios. En la actualidad, siguiendo esta nueva dinámica, existen grupos en una veintena de localidades.

En la asamblea convocada ayer se analizó la idoneidad de actuar ante el tratamiento que recibieron las personas acampadas -muchas de ellas sin techo- y cómo lo realizaron las policías municipal y autonómica, «por si no se ajustan a unos mínimos democráticos».