Una multitud asaltó ayer una comisaría china en la localidad de Hotan, en Xinjiang -nombre con el que Pekín designa al Turkestán Oriental ocupado- .

Los medios de comunicación chinos informaron de la muerte de al menos cuatro personas, y pusieron el acento en que entre los muertos figurarían un policía y un agente de seguridad. No obstante, la propia agencia Nueva China se hizo eco de fuentes del Ministerio de Seguridad Pública para informar de que un número indeterminado de asaltantes habrían muerto cuando la Policía abrió fuego

La capital de Xinjiang, Urumqi, fue escenario en julio de 2009 de enfrentamientos entre sus pobladores originarios, los uigures, y los han, etnia mayoritaria en China y que el régimen utiliza en su proyecto de colonización y asimilación total del Turkestán Oriental, históricamente de confesión musulmana.

Prohibición de marchas

El Congreso Mundial Uigur, en el exilio en Alemania, aseguró que los incidentes se produjeron después de que la Policía prohibiera a un grupo de uigures manifestarse pacíficamente.

Amnistía Internacional ha denunciado que, dos años después de los enfrentamientos interétnicos, los uigures siguen siendo víctimas de una brutal represión y que cientos de ellos siguen detenidos.

Más de 25 personas han sido ejecutadas o esperan en el patio de la muerte desde entonces.