La Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie) ha enviado una carta a 38 municipios de Bizkaia en la que se incluye una moción para que adopten con urgencia la decisión que el Parlamento de Gasteiz aprobó en 2002 por unanimidad al objeto de que los municipios de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa elaboraran inventarios de las instalaciones que contengan amianto y las que sean sospechosas «con el fin de ejercer un control preventivo en las tareas de demolición o reparación, para evitar la exposición a las fibras cancerígenas a la población». Hay que tener en cuenta que entre los próximos quince a veinte años en Hego Euskal Herria fallecerán entre 8.000 y 10.000 personas de forma prematura al haber sido contaminadas por ese mineral cancerígeno.

Esta iniciativa la desarrollaron también en algunos municipios de Gipuzkoa. Se presentaron las mociones en Hernani, Errenteria, Irun, Lezo, Beasain, Ordizia, Legazpi, Eibar, Bergara, Oiartzun y Arrasate. «En Pasaia también se presentó, pero los votos del PSE y PP en contra no dejaron que la iniciativa a favor de la salud de las personas prosperase», denuncian desde la asociación de afectados.

La importancia del inventario es relevante, porque en la CAV están apareciendo afectados por mesoteliomas pleurales, que son debidos al amianto, entre familiares y personas que no han trabajado con amianto. Los familiares, en muchos casos, se debe a que los trabajadores llevaban la ropa de trabajo a casa y las fibras de amianto eran inhaladas por sus esposas o familiares cercanos.

La moción sobre el amianto de Asviamie explica que entre 1965 y 1985, sobre todo en torno al año 1974, se importó «mucho amianto». Se tiene constancia que a mediados de los años setenta del siglo pasado llegaron unas 100.000 toneladas de este mineral. Una parte de ese material se empleó por las empresas, pero también se inyectaron en los edificios construidos hasta 1985, «bien en los elementos de construcción o bien en sus instalaciones».

Prevención y control

Con el objeto de prevenir, Asviamie exige en este momento a 38 ayuntamientos de Bizkaia que aprueben la moción y adopten medidas de control para evitar los riesgos de la población. Además de la señalización de esos edificios se advierte de que «cuando se vayan a realizar obras, reparaciones o derribos en edificios, así como el vertido de los residuos, se aplique escrupulosamente el Real Decreto 396/2006 de 31 de marzo, que establece que se adopten medidas preventivas de protección de los trabajadores y del resto de ciudadanos, y con dicho objetivo se deberá adoptar una ordenanza reguladora de las licencias de obra a realizar en edificios del término municipal».

También piden a los municipios que informen a los vecinos de que «pueden tener en sus viviendas elementos que contengan amianto y del riesgo que supone su manipulación». A la vez, Asviamie pide a los ayuntamientos que establezcan una serie de ayudas económicas para los vecinos que se encuentren obligados a realizar «las tareas de desamiantado en los edificios de su propiedad».

Por último, se reclama que se notifique a Osalan y al servicio de prevención del Ayuntamiento correspondiente «los nombres de las personas empleadas en la plantilla o de subcontratas que hubieran podido resultar afectadas por haber manipulado amianto durante su actividad laboral municipal y poder garantizar su posterior vigilancia de la salud».

El problema del amianto se está extendiendo en Hego Euskal Herria debido a que están emergiendo casos de afectados. En lo que llevamos de año, más de diez ex trabajadores se han acercado a la asociación de afectados para asesorarse ante los mesoteliomas que padecen. Algunos de ellos son ex trabajadores, pero también hay algún caso de familiares que nunca han estado en contacto con el material cancerígeno en su actividad laboral. Hay que recordar que en 2008 fallecieron 12 ex trabajadores por el cancerígeno, otros 18 en 2009, y el año pasado otros 24 fallecidos. En lo que va de año suman ya ocho víctimas por el amianto.