Aquel año Iban Mayo logró su victoria de etapa en el Tour en Alpe d'Huez y él y Haimar Zubeldia acabaron entre los seis primeros en la general, pero la actuación de este año tiene mayor valor porque todo el equipo ha estado a un gran nivel a pesar de perder en la primera semana a dos corredores importantes. Samuel Sánchez ha ganado una etapa, la montaña y ha sido sexto en la general, pero ha tenido por detrás un equipo que sólo falló en los dos primeros días en el Vendée, cuando se quedaron cortados camino del Mont des Alouettes y acabaron últimos en la crono por equipos. A partir de ahí, con la confianza que dio la victoria de Samuel Sánchez en Luz Ardiden, todo el equipo ha estado a un gran nivel con Egoi Martínez y Gorka Verdugo siempre al lado de su líder y los otros cuatro presentes en todas las fugas.

Haimar Zubeldia también ha realizado un buen Tour porque no es nada fácil cambiar el chip en plena carrera y acabar la general 16º cuando la cabeza sólo está preparada para trabajar para los líderes. Radio Shack ha sido el gran perjudicado de la gran tensión con la que se ha corrido este Tour. Eso ha motivado que siempre haya tenido puntos de interés. Entre los finales en repechos y las caídas ha habido muy pocos días en los que no hayan pasado cosas importantes y eso ha provocado que el interés por la carrera haya sido alto desde el primer día. Las cuatro etapas en los Alpes han resultado espectaculares y la emoción por el triunfo ha estado hasta el final. Sólo faltó más batalla en los Pirineos, lo que supo aprovechar Samuel Sánchez.

Pocos ganadores

El balance de la carrera por tanto ha sido muy positivo por su interés y espectacularidad, aunque para muchos equipos no haya sido bueno. De los 22 que tomaron la salida sólo han ganado etapas diez. HTC (6, Cavendish (5) y Martin), Garmin (4, por equipos, Hushovd (2) y Farrar), Omega (3, Gilbert, Greipel y Vanendert), Sky (2, Boasson Hagen), BMC (Evans), Movistar (Rui Costa), Rabobank (Luis León Sánchez), Euskaltel (Samuel), Leopard (Andy Schleck) y Europcar (Rolland) se han repartidos todas las etapas y se han llevado también las clasificaciones secundarias. Basta con repasar los nombres de los ganadores y queda claro el nivel necesario para ganar una etapa en el Tour.

Ha habido doce equipos que no han ganado ninguna etapa ni han subido al podio final. Entre ellos el Saxo Bank de Contador. El madrileño ha demostrado su casta, pero ha confirmado la dificultad que entraña disputar Giro y Tour el mismo año, como les pasó en 2010 a Basso y Evans o en 2009 a Menchov. Todos los que han disputado el Giro y han repetido en el Tour -Contador (1º), Gadret (4º), Kreuziger (6º), Arroyo (14º), Tiralongo (19º) o Kiryienka (25º)-, o se han ido para casa pronto o han estado lejos de su mejor nivel.

La carrera ha estado especialmente marcada por las caídas, que hicieron una gran selección al mandar para casa a aspirantes a los puestos de honor como Vandenbroeck, Horner, Klöden, Wiggins, Brajkovic o Vinokourov y ha dejado sin opciones a Klöden y Gesink. También ha sido llamativo el poco poder de los equipos. Sólo Leopard y sin alardes, ha tenido nivel para endurecer la carrera, lo que ha dado una mayor espectacularidad porque cuando se ha desatado la batalla en los Alpes los líderes han tenido que enfrentarse entre ellos sin ayuda de compañeros. Así se puede atacar de lejos como hicieron Andy Schleck y Contador y al final en ambos casos tuvo que ser el propio Evans el que respondiera.

También es positivo que el ciclismo deje atrás el problema del dopaje, en toda la carrera sólo se ha registrado un positivo de Kolobnev. Se han visto imágenes de corredores que llegaban exhaustos a la meta, pequeños desfallecimientos, cosas que siempre dan interés porque el ciclismo vuelve a ser impredecible y épico. En esa línea que ganara Evans cuando parecía que la carrera se reducía a un duelo entre Contador y los Schleck es positivo. Malo es que se confirmen siempre los pronósticos.

El triunfo del australiano ha sido además la recompensa al trabajo de un corredor muy perfeccionista y metódico que ha ganado a una edad, 34 años, que es la tercera mayor de la historia. Ha planificado la temporada al milímetro, dosificó sus días de competición y trabajó con sus entrenamientos en altura para llegar al Tour en el mejor momento de su carrera. Parecía que se le atragantaba la alta montaña en los últimos años, pero aguantó y en el duelo con los Schleck ha impuesto su fuerza en la única crono que tenía a su favor.

Los Schleck han sido los mayores perdedores junto con Contador por no aprovechar mejor la montaña para atacar a Evans, pero tampoco iban sobrados de fuerzas. La tensión y las caídas de la primera semana y el mal tiempo con el que se ha corrido ha provocado que el Tour haya sido el más duro de los últimos años y eso se traduce en mayor igualdad.