Llegar hasta París ya es un premio para los corredores participantes en el Tour. Pero son los premiados quienes se llevan la atención de todos los flashes. Así, los ciclistas que subieron al podio realizaron un pequeño balance de la ronda gala.

El mayor vencedor, Cadel Evans, se mostró eufórico: «En ningún lugar del mundo podría estar más feliz que aquí». Y volvió a dedicar su triunfo a su entrenador Aldo Sassi, fallecido en diciembre pasado víctima de un tumor cerebral: «Esta victoria es un proceso de muchos años, creo que en ello tiene mucha responsabilidad mi entrenador. Todo lo que yo he aprendido, todo lo que he trabajado se lo debo a él y se lo dedico a él».

También se refirió a los grandes momentos ofrecidos por Miguel Indurain: «De niño todos tenemos muchos sueños y cuando seguía el Tour en 1991 y veía a Indurain aplastar a todos, es un sueño que empezó a germinar y no hizo más que crecer. He pasado por períodos muy difíciles. Dos años en los que la mala fortuna no quiso que ganara, sino que quedara segundo por muy poco, pero eso sólo hace que la victoria de hoy [por ayer] sea aún más especial».

Por último, Evans prometió defender el año próximo su triunfo en el Tour, que afrontará con 35 años. «Vendremos con ánimos reforzados y con un equipo fortalecido», sentenció.

Por su parte, el segundo clasificado, Andy Schleck, señaló que «estoy muy contento, es el mejor podio que podemos imaginar. Cadel era el más fuerte, y merece ganar. El segundo puesto en el Tour no es cualquier cosa y un podio con mi hermano, era un sueño. Soy todavía joven, volveré, nos veremos aquí el próximo año».

La profesionalidad de Frank

Su hermano Frank Schleck, tercero en la clasificación general, también se mostró muy profesional. «Creo que hemos realizado una carrera extraordinaria. No tengo nada que lamentar. Un campeón tiene que respetar y aceptar que otro es mejor y Cadel ha sido claramente el mejor. Soy joven, es mi baza. Volveremos, es seguro, e intentaremos arrebatarle el maillot amarillo», sentenció.

Mark Cavendish, el maillot verde, recalcó que «por fin logro este maillot, es una emoción increíble. Es la tercera vez que gano en los Campos Elíseos, pero con el maillot verde es todavía más intenso. Es un premio que hemos ganado en equipo, con mis ocho compañeros».

El de Isla de Man, que ayer consiguió su vigésima victoria de etapa en el Tour, afirmó que no persigue el récord de triunfos en la ronda gala, que tiene el belga Eddy Merckx con 34: «No me interesa el número, me interesa ganar y espero poder volver al Tour muchos años para conseguirlo. Cada temporada la planifico para estar en mi mejor momento durante el Tour».

El maillot de la montaña cayó finalmente en las manos de Samuel Sánchez, quien calificó de «muy emotivo, para recordar toda la vida, en el que te acuerdas de mucha gente».

«Acabo el Tour contento porque los objetivos se han cumplido. El desenlace ha sido el esperado. No he tenido caídas. Ya tenía ganas de llegar a París y todo ha ido fenomenal», concluyó el corredor asturiano.

Pierre Rolland se llevó el maillot blanco del mejor joven. «Es un gran momento para mí. No tengo palabras para describir lo que siento. Tendría como preferencia que hubiera habido más victorias francesas, pero gané a pesar de todo en Alpe d'Huez y el maillot blanco. Ya está, la carrera está acabada», señaló.

«Tenía miedo de un incidente en el circuito -siguió- pues mis compañeros se quedaron a mi lado para que pudiera cambiar de bicicleta si hubiese tenido algún problema. Voy a hacer algunos criteriums para lucir mi maillot blanco, y luego particularmente el Grand Prix de Quebec y Montreal. Después, haré una cruz al final de temporada para empezar de cero y trabajar en mis debilidades».

Por último, el premio al corredor más combativo fue a parar al francés Jérémy Roy, quien indicó que «es mi Tour más bonito, sin duda, a pesar de que carece de una victoria (de etapa). Tenía el empeño de obtener este premio y de hacerle honor aquí. ¡Comencé con una escapada, acabo con una escapada!».