Belén MARTÍNEZ, Analista Social
Novios para la solidaridad
En septiembre de 1990, a iniciativa de la Unión de Mujeres Árabes, 282 activistas deciden fletar un barco desde Argel para llevar medicamentos y solidaridad con sabor a leche, harina y azúcar al pueblo iraquí. Según la ONU, esas mercancías no estaban incluidas en las resoluciones relativas al embargo. El Bassora Ibn Khaldoun zarpa el 6 de diciembre desafiando la estrategia militar y económica desarrollada durante la guerra del Golfo. En él viajan también 14 criaturas y 48 hombres.
En Port Saïd, las autoridades egipcias no les permiten proveerse de agua potable, les niegan los controles y reparaciones necesarias del barco y les obligan a pagar 100.000 dólares por atravesar el canal, tratándolas como contrabandistas que trafican con la guerra.
Al alba del 26 de diciembre, en Bahr Al-Arab (Omán), no lejos del hogar de Simbad el Marino, efectivos de la coalición asaltan el barco sobrevolado por 40 helicópteros. Por el altavoz, gritan: «Down ! Inside, go!». Cinco hombres con trajes de combate y el rostro pintado en negro, rojo, verde y amarillo ascienden por la escalera de cuerda del barco de la paz. Emplean bombas fumígenas, granadas lacrimógenas y tiros de intimidación.
Tras 18 días de terror, arriban al puerto de Umm Qasr. Los víveres y medicamentos habían sido confiscados. Era la víspera de la operación «Tormenta del Desierto».
Navíos cargados de esperanza y dignidad siguen surcando mares en los que las fronteras entre lo legal y lo ilegal las definen quienes desprecian infinitamente la vida de las niñas y niños palestinos e iraquíes… Se llaman Bassora Ibn Khaldoun, Mavi Marvara, Gernika, Dignité-Al Karama…