Fernando Soriano ha tenido un paso efímero por Osasuna y, aunque su aportación deportiva no pasará a la historia rojilla, sí que en lo humano y profesional el futbolista maño ha dejado huella. La misma que el club rojillo le ha marcado a él, un zaragozano al que no le dolieron prendas en asegurar en su despedida que muchos du sus paisanos «antes de criticar a este club, deberían conocerlo por dentro».

Ha sido precisamente esa incertidumbre deportiva lo que ha motivado su marcha. «Aquí sólo me restaba un año de contrato y para renovar automáticamente necesitaba jugar 15 partidos. Ha llegado el Almería, que me ofrecía jugar más tiempo, además de ser un lugar muy importante para mi familia, que es bastante numerosa. He hablado con Osasuna y la salida ha sido cordial y amistosa», relató.

Soriano, que disputó 32 encuentros la pasada temporada, dejó de ser titular indiscutible con la llegada de Mendilibar, de quien sólo tuvo palabras de halago. «No tengo ninguna queja porque el entrenador hace lo mejor para él y para el equipo. Todo lo contrario, su forma de ser y los fundamentos que me ha inculcado han hecho que disfrutase muchísimo con él», aclaró el veterano jugador.

La gran competencia que iba a mantener por hacerse con un puesto -renovación de Nekounam, recuperación del lesionado Rúper e irrupción de Timor- le ha hecho replantearse su futuro. «Había overbooking en el medio campo. Vosotros, los medios, lo publicábais casi a diario. Así que me fui dando cuenta de que el candidato a no ser titular era yo», admitió con franqueza.

Experiencia gratificante

Contrariamente a lo que pudiese parecer, Soriano se marcha con la sensación de haber vivido una experiencia «gratificante» en la que «me siento contento con el trabajo que he realizado, me he entregado al máximo, aunque no siempre sale como quieres. En algunas fases de la temporada he estado bien y en otras no tanto», admitió.

Entre los momentos vividos con el que ya es su ex equipo, destacó los últimos minutos frente al Valencia, «que fueron muy intensos». «Ver cómo pitaba el público cada vez que el Valencia tenía la pelota en ese último tramo del partido fue algo increíble. La cercanía y el ambiente del Reyno es algo que pocas veces había vivido», indicó.

Soriano, que ya viajó ayer por la tarde a Almería y que hoy mismo estará a las órdenes de Lucas Alcaraz, regresa a la escuadra donde fue una de sus piezas claves con el objetivo de que el cuadro andaluz regrese a la máxima categoría. «Ojalá vuelva a El Sadar muy pronto, estando en Primera. Ya he vivido hasta tres ascensos y espero que también disfute de un cuarto», aseguró entre risas.