Osakidetza lanzará una OPE de 2.600 plazas para 2011, olvidando así las peticiones de los sindicatos, que en mayo reclamaron 5.400 plazas para poder «estabilizar» el empleo de la Sanidad pública. Además se implantará un nuevo modelo de examen, se le otorgará mayor importancia al currículum del aspirante y se valorará menos el conocimiento del euskara.

El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, y el director de Osakidetza, Julián Pérez Gil, presentaron ayer la nueva Oferta Pública de Empleo. Constará de 2.600 plazas, de las cuáles 320 serán de nueva creación y el resto para personal interino. Las bases de esta OPE se publicarán hoy en el Boletín Oficial de la CAV y mañana, jueves, saldrán las primeras convocatorias.

Serán 110 plazas de las que 61 corresponderán a pediatría, 26 a radiodiagnóstico y 23 a ginecología. El director de Osakidetza subrayo que las plazas de pediatría «resolverán los problemas de escasez de profesionales». El plazo para presentar las solicitudes concluirá el 12 de setiembre y los exámenes se harán a mediados de otoño. El resto de convocatorias se publicarán a partir de ese mes.

Nuevo modelo, menos euskara

Las bases de esta nueva OPE incluyen un nuevo modelo de examen que descarta el modelo de batería cerrada de 1.000 preguntas. Así, se implantará un examen basado en preguntas de tipo test sobre un temario.

Pérez Gil argumentó el cambio en que la prueba de 2008 no fue lo suficiente selectiva. Puso como ejemplo que en la prueba de enfermería 3.067 personas obtuvieron la máxima puntuación. Añadió que en el nuevo modelo «priman el conocimiento, la formación y la experiencia». De esta manera de los 198 puntos que se podrán obtener 100 corresponderán al examen, 80 al currículum y 18 al conocimiento del euskara.

Refiriéndose a esta valoración de la lengua, el consejero de Sanidad del Gobierno de Lakua defendió que se trata de lograr «un punto de equilibrio en el que no se vean afectados los servicios del sistema y las posibilidades que tenga la gente de toda España de concurrir a nuestros concursos». Añadió que «el euskara no es un problema, lo que lo convierte en problema para los trabajadores de Osakidetza es la velocidad a la que se quiere impulsar esa discriminación positiva».