El Gobierno noruego niega haber infravalorado a la ultraderecha
El Gobierno noruego negó haber infravalorado los riesgos de la ultraderecha y aseguró haberla vigilado «al microscopio», según el ministro de Justicia, Knut Storberget. Además, el ministro felicitó a la Policía ante las críticas por su actuación durante el doble atentado cometido en Oslo y en la isla de Utoya por el ultraderechista Anders Behring Breivik que el pasado viernes causó la muerte de 76 personas.
GARA |
El Ministro de Justicia noruego, Knut Storberget, dijo ayer que la Policía «cumplió muy bien su cometido», en respuesta a las críticas de la acción de la policía el 22 de julio, ante el doble atentado que dejó 76 personas muertas en Oslo y la cercana isla de Utoya.
Las críticas se centran en particular en el hecho de que después del primer aviso tardara una hora en llegar a la isla de Utoya, donde capturó al ultraderechista Anders Behring Breivik, inmediatamente y sin resistencia.
En una visita de los mandos policiales, el ministro agradeció a la Policía su movilización y su trabajo «fantástico» ante los atentados. Justo antes de la matanza, Breivik Behring había publicado un manifiesto en Internet de 1.500 páginas llenas de diatribas islamófobas y antimarxistas, y con los detalles de su preparación.
El sospechoso había sido vigilado por los servicios de seguridad de Noruega en marzo, por una compra en una empresa polaca de productos químicos, pero consideró que el hecho era demasiado trivial como para seguir investigando.
Storberget negó que la Policía haya infravalorado el peligro de los grupos de ultraderecha. «No acepto las informaciones que dan a entender que no hemos vigilado al microscopio a la ultraderecha», aseveró.
Informe de Europol
«Ni la Stasi de Alemania Oriental podría identificar a esa persona», dijo, por su parte, a la televisión noruega Janne Kristian- sen, director de la agencia de seguridad de la Policía.
Por otro lado, la organización de la cooperación policial Europol ha anunciado que después de los ataques en Noruega, quiere hacer un retrato de la extrema derecha en Europa. «Tratamos de preparar una imagen precisa y actualizada del extremismo de derecha en Europa, particularmente en el norte de Europa», dijo Soren Pedersen, portavoz de Europol.
El abogado de Breivik, Geir Lippestad, dijo que lo que el ultraderechista declaró el lunes ante el juez es que forma parte de una red antiislámica que tiene «dos células en Noruega, pero también otras varias en el extranjero». La Policía noruega ha puesto en duda estos argumentos.
En la actualidad, Breivik tiene la condición de «sospechoso oficial», un estatus preliminar específico de los países escandinavos entre la condición de sospe- choso y acusado. A pesar de que reconoció los hechos que se le imputan, la acusación no puede ser formulada hasta el final de la investigación, según el sistema jurídico noruego.
Después de su primera comparecencia ante el Tribunal Municipal de Oslo el lunes, el juez Kim Heger decidió poner a Breivik Behring en custodia por un período renovable de ocho semanas, cuatro de ellas en régimen de aislamiento.
Por otra parte, la Policía noruega comenzó ayer a publicar en la página www.politi.no los nombres, edades y lugares de residencia de los muertos que han sido identificados formalmente y cuyos familiares han sido avisados. Se trata de un joven que acababa de cumplir los 23 años y que fue tiroteado en Utoya, dos mujeres de 56 y 61 años que murieron en el barrio gubernamental a causa del coche bomba, y un hombre de 32 años que también falleció en Oslo a causa de esta potente explosión.
Por el alto número de visitas, la página web de la Policía noruega se saturó y quedó fuera de servicio desde poco después de las 18.00 hora local, el momento en que estaba previsto la publicación de la lista de fallecidos. Cada día se irán difundiendo nuevas identidades a través de internet, a medida que se notifique a los familiares de las víctimas.
El abogado de Anders Behring Breivik, afirmó ayer que «todo este asunto sugiere que se trata de un demente». En opinión del abogado Geir Lippestad, el sospechoso, que admitió haber cometido los atentados, «odia a todos los que creen en la democracia» y no mostró «ningún signo de piedad, él cree que está en guerra y, en guerra, se pueden hacer estas cosas sin declararse culpable». Destacó que si los exámenes siquiátricos determinan que es un enfermo mental, «no puede ser condenado a prisión». Sin embargo, el abogado no espera que su cliente alegue problemas sicológicos porque se considera a sí mismo «el único depositario de la verdad». Lippestad advirtió de que abandonará el caso si Breivik no acepta hacerse una prueba sicológica. Precisó que había utilizado «algún tipo de drogas» antes de cometer los atentados, y se había mostrado sorprendido de que no le hubieran matado mientras efectuaba los disparos o mientras se le trasladaba al Tribunal. Por su parte, las autoridades noruegas examinan la posibilidad de juzgar a Breivik por «crímenes contra la Humanidad», lo que abriría la posibilidad de una condena máxima de 30 años. «La Policía se ha basado hasta ahora en el párrafo 147 del Código Penal, que trata sobre el terrorismo, pero no excluye el recurso a otras medidas», dijo un portavoz policial que indicó que «todavía no se ha tomado ninguna decisión». Los hechos previstos en el apartado 147 suponen una pena máxima de 21 años y se refieren a una «seria perturbación de las funciones esenciales de la sociedad» y la intención de «sembrar el miedo entre la población». GARA
La UE analizará el atentado ocurrido en Noruega durante el próximo consejo de ministros de Interior y Justicia, el 22 de setiembre. Las autoridades noruegas serán invitadas a la cita, en la que se debatirá sobre la xenofobia y el extremismo en Europa.