El pasado lunes, TVE comenzó la emisión de una nueva serie de producción propia con el título de «Plaza España», que consiguió una buenísima cuota de pantalla, además sustituyendo en día y hora a uno de los últimos éxitos sorpresivos para algunos como es «Los casos de Laura». El arranque nos pareció muy flojo, su continuidad empezó a definir estilo, claves, intenciones. La opinión, reservada, pero positiva. Puede ser, está rozando el ridículo, pero apuesta por una especie de berlanguismo de nuevo cuño, que se incorpora a una manera de interpretar muy cañí, pero en la que los actores se encuentran bastantes cómodos, en ese territorio neutro entre la farsa, el absurdo y una noción difuminada de lo que debería ser el esperpento.

Si encontramos que lo que es la trama, muy inverosímil, peor por ello más fácil de encajar como un disparate, los personajes, muy tronados, muy descerebrados, muy de trazo grueso, como si fuera de género entre zarzuelero y sainetero, los diálogos, el texto dicho, parece salir orgánico, es decir, pese a todo lo extraño, fluye y eso es bastante bueno. Lo mismo que es bueno el uso coral del reparto largo, adecuado en su mayoría a los prototipos buscados, muy cohesionados y actuando de manera homogénea, cosa que es un valor en sí mismo.

Otra cosa es encajar esa mirada entre cutre, distanciada, desquiciada, periférica sobre un posible situación en un pueblo remoto durante la Guerra Civil, con el uso de esa iluminación tan unificadora, sin buscar los claroscuros, en un decorado que por culpa de esa misma iluminación se muestra más falso. Entendemos que no debería ser algo muy realista, por decisión estética, pero que sea de un formato visual, plástico, tan de culebrón, le hace perder eficacia. O al menos nos descoloca.

Por todo ello seguiremos atentos a su desarrollo, ahora lo vemos rozando por todos los lados, pero es diferente, escapa de los temas manidos, se sitúa en un lenguaje mucho más reconocible y lo que transmite lo iremos sintiendo en próximas entregas. La parte del reparto de procedencia vasca está muy bien aprovechado, protagonizando por derecho los mejores momentos y marcando el estilo de manera clara.