El miedo impulsa a Noruega a reforzar las medidas de seguridad
Las autoridades noruegas crearán cientos de puestos de policía y revisarán las medidas de seguridad tras los ataques ultraderechistas que el viernes causaron 76 muertes, mientras que el primer Ministro, Jens Stoltenberg, aseguró el miércoles que el país «no se dejará intimidar». Además de reforzar la seguridad el miedo hizo cerrar ayer la estación de tren de Oslo durante unas horas por una maleta sospechosa.
GARA |
Cinco días después de la explosión en el centro de Oslo y el tiroteo perpetrado por un extremista de derechas, el gobierno de Noruega se ha comprometido a llevar a cabo una revisión exhaustiva de las medidas de seguridad, mientras las críticas se multiplican en el país por la forma en que la policía ha respondido a esta situación.
«Después de la investigación y cuando, de alguna forma, hayamos terminado de consolar a los que perdieron a sus seres queridos, llegará el momento de considerar todas las experiencias que podemos extraer de esta operación», dijo el primer ministro, Jens Stoltenberg, asegurando que se utilizaron «todos los recursos disponibles» para responder a los ataques. Agregó que el país «no se dejará intimidar» por este tipo de ataques dirigidos «a crear miedo y pánico». Stoltenberg apeló a un regreso a la normalidad, ya que la respuesta de Noruega a la «brutal violencia seguirá siendo la defensa de la libertad, la apertura, la tolerancia y la democracia».
Más policía
Sin embargo, las primeras consecuencias del miedo ya se han empezado a notar. Así, el Ministerio de Justicia anunció que desbloquearía un total de 20 millones de coronas suecas (2,6 millones de euros) para crear cien nuevos puestos de policía
Como muestra del nerviosismo entre una población no acostumbrada a estos actos de violencia, Oslo se despertó ayer con la noticia de que gran parte de la estación central fue evacuada debido a una maleta sospechosa en un autobús estacionado. La alerta se levantó dos horas más tarde después de una inspección del vehículo. Se trata de la tercera vez que la policía evacúa la estación central desde el doble atentado del viernes.
A la vez, la Policía dijo haber comenzado a buscar a un hombre «mentalmente inestable» y peligroso», y que se declara admirador de Behring Anders Breivik, el autor de la matanza del viernes. Distribuyó fotografías del sospechoso, pero esta alerta también se anuló poco después. «No hay conexión con los atentados el viernes», dijo Per Omholdt Thomas, de la policía del distrito de la isla de Utoya.
«La policía ha recibido una gran cantidad de información durante dos días», dijo la portavoz policial Henriksboe Sturla.
Breivik ha sido recluido en una celda en el centro penitenciario de Ila, en Sandvika, al oeste de Oslo, según el diario «Verdens Gang». El ultraderechista próximo a fundamentalistas cristianos y profundamente islamófobo, permanecerá allí cuatro de las ocho semanas de prisión preventiva, prácticamente aislado y vigilado las 24 horas del día para evitar que se suicide, agregó la publicación.
La mayoría de las víctimas identificadas oficialmente del doble atentado de Noruega tenía entre 14 y 19 años, según la lista con los primeros 17 nombres dados a conocer por la policía, del total de 76 personas fallecidas en los ataques.
Los «expertos en terrorismo» de la UE se reúnen hoy en Bruselas con sus homólogos noruegos con el fin de analizar los medios a disposición de la UE para prevenir este tipo de ataques. Según una fuente diplomática, se trata esencialmente de intercambiar información y no implica adoptar decisiones.
Frente a las críticas a la actuación policial, el jefe del equipo que detuvo al autor de los disparos en la isla de Utoya dijo que estaba orgulloso del trabajo de sus hombres. Tras reunirse con los responsables de las fuerzas especiales que acudieron a la isla, el ministro de Justicia, Knut Storberget, afirmó sobre los agentes que «les he llamado anteriormente héroes y son nuestros héroes. Son los que estuvieron en primera línea y los que ayudaron a recobrar el control en un situación muy complicada». Storberget les mostró su «reconocimiento y apoyo» frente a las críticas. Anders Behring Breivik fue detenido casi una hora después que la policía recibiera el primer aviso del tiroteo en la isla. Un problema del motor del barco de la policía obligó al equipo a dar marcha atrás y a usar dos naves civiles, lo que supuso un retraso de unos diez minutos. Otros medios señalaron que la policía no pudo utilizar un helicóptero por falta de presupuesto. Breivik, al que los servicios secretos noruegos consideran un «lobo solitario», pese a que dijo contar con el apoyo de otras «células», se entregó sin resistencia de forma inmediata. «Le gritamos que éramos policías armados para llamar su atención. De pronto lo tuvimos ante nosotros, con los brazos en alto sobre la cabeza. Su arma estaba 15 metros detrás de él y lo detuvimos con toda normalidad», relató un miembro del comando policial. Breivik mató a 68 participantes en el campamento de las juventudes socialdemócratas, tras disparar indiscriminadamente durante más de una hora mientras los asistentes, adolescentes en su mayoría, trataban desesperadamente de huir, lanzándose a las aguas del fiordo, o escondiéndose en el bosque. GARA