Alvaro Reizabal Abogado
«Cosas veredes»
A pesar de haber asistido a semejantes cataclismos, nunca hubiera imaginado que iba a asistir a la suspensión de pagos de los omnipotentes USACosas veredes, amigo Sancho que farán fablar las piedras». Siempre se había dicho que esta cita era de Cervantes y estaba en «El Quijote». Ahora parece que no, que es mucho mas antigua, pero, sea quijotesca o no, lo cierto es que la expresión sirve para poner de relieve que nunca se sabe lo que uno ha de ver aún en la vida, por mucho que ya tenga visto. Y viene a cuento de ciertas cosas acontecidas últimamente y de las que, al parecer, pronto llegarán.
Uno nunca pensaba en su juventud que podrían caer torres tan altas como los Astilleros Euskalduna que veíamos desde la universidad y menos los míticos Altos Hornos de Vizcaya, que desde la uni no se veían, pero a los que íbamos a currar para sacar unos duros para hacer parrandas. Pero ambas perecieron para pasmo del personal.
Claro que a pesar de haber asistido a semejantes cataclismos, nunca hubiera imaginado que iba a asistir a la suspensión de pagos de los omni- potentes USA. Atrás quedó el mito del Tío Sam y de la ayuda americana de Mr. Marshal y, si los republicanos no aceptan un mayor endeudamiento, los yanquis a dejar de pagar y a pedir limosna. Lo que no se sabe es a quién pedirán o, mejor dicho, quién se la dará, porque la Vieja Europa no está para trotes, acosada por la voracidad de los mercados.
Antes, cuando empezaban las noticias de la Bolsa, apagaba la radio o me desconectaba yo de ella, pensando, si bajaba, eso de que se jodan esos putos capitalistas. Pero ahora he sabido que cuando baja el IBEX también lo hace mi fondo de pensiones y que cuando tienes una prima muy alta corres el riesgo, muy preocupante, de acabar en la mas profunda ruina.
En definitiva, que o alguien pone a los mercados a dieta o vaya usted a saber cómo acaba todo este embrollo.
Pero si lo económico está incomprensible, lo político también sorprende. El Curita imputado por corrupción desde hace mucho tiempo, gana las elecciones autonómicas por goleada, como si los valencianos reivindicaran su derecho a que les meta la mano en la cartera quien ellos decidan. Al abrirse el juicio oral contra él dimite, para que Rajoy no pierda votos en las generales si la campaña coincide con el paso por el banquillo, y ahora resulta que lo suyo es un sacrificio por España, una lección de generosidad. Generosidad sí que parece que había, aunque no por parte de Camps, sino de los donantes. Pero también dicen que es honesto, un modelo, y que su gesto es magnánimo, como lo fue aquel pequeño gran hombre: El Caudillo.
La limpieza de cutis acaba con la elección del sucesor, hermano de otro presunto y que aparece en alguna foto con «El Bigotes», otro filántropo lleno de virtudes, empezando por su nombre.
Fabra, en su primer discurso se refiere a la honradez de su antecesor, que siempre será molt honorable. Como programa continuidad en todo, ni siquiera va a sustituir a los otros imputados por corrupción.
Ya solo falta que le inviten a Berlusconi para que les organice los saraos.