Expertos en la lucha «antiterrorista» de la Unión Europea se reunieron ayer en Bruselas con sus colegas noruegos para examinar eventuales medidas con las que poder atajar atentados como los cometidos el pasado viernes por el ultraderechista Anders Behring Breivik, que se saldaron con 76 muertos. Al término del encuentro, Timothy Jones, consejero del coordinador «antiterrorista» de los Veintisiete, Gilles de Kerchove, señaló que «el gran riesgo es que alguien intente llevar a cabo en la UE un atentado de imitación o apoyo». Y agregó que la cuestión es saber «cómo y dónde tendría lugar».

Entre las nuevas medidas que estudia la UE figuran la restricción de la venta de productos químicos que puedan emplearse para fabricar explosivos, un mayor control de la venta de armas, el refuerzo de la vigilancia en internet y una mejora de la coordinación de las autoridades de los estados miembros para prevenir nuevos ataques. Además, se recalcó que es importante «tratar de entender los procesos sicológicos que llevan a algunas personas a traducir sus ideas políticas extremas en violencia».

En todo caso, la UE negó que haya descuidado la amenaza de la extrema derecha al concentrarse prioritariamente en la lucha contra Al-Qaeda, pero admitió que «nadie esperaba algo así», dijo Jones.

El documento de conclusiones aprobado tras la reunión incide en que «el problema del terrorismo del `lobo solitario' parece requerir mayor atención».

Detenciones

Las cuerpos de seguridad europeos se aplican estos días. La Policía finlandesa arrestó a un joven al que acusa de adquirir compuestos con los que supuestamente pretendía fabricar bombas. También policías polacos arrestaron a un joven que almacenaba fertilizantes químicos y detonadores con los que, según alardeaba en internet, podía fabricar explosivos similares a los que usó Breivik. Y el miércoles, la Policía alemana realizó una redada contra ultraderechistas en el Estado federado de Baden-Württemberg y se incautó de varias armas de fuego, munición y propaganda extremista.