INSURGENTE | José Manzaneda 2011/7/28
Muere en España preso en huelga de hambre... pero no era cubano
El pasado 25 de julio de 2011 fallecía en Teruel (España) un preso que llevaba cinco meses en huelga de hambre, cuatro de ellos con alimentación forzada. El fallecido, Tohuami Hamdaoui, era un inmigrante marroquí de 41 años que denunciaba ser víctima de un error judicial tras ser condenado a 16 años por un delito de agresión sexual. La noticia apenas ha sido reflejada por los grandes medios españoles, mientras para las grandes cadenas internacionales, ni ha existido.
Un tratamiento que contrasta radicalmente con el que los medios españoles dieron al fallecimiento, tras una huelga de hambre, del preso cubano Orlando Zapata, en febrero de 2010. (...)
Recordemos que Orlando Zapata Tamayo era un preso común que cumplía condena en Cuba -entre otros delitos- por la agresión con machete a un ciudadano, y que una vez en la cárcel fue reconvertido en «preso de conciencia» por la llamada «disidencia» cubana aliada del Gobierno de EEUU. Apenas un año y medio después de su muerte, toda su familia ha sido acogida en Miami, y apoyada económicamente por las instituciones de EEUU. (...)
En el caso Zapata, los grandes medios españoles culpabilizaron desde el primer instante al Gobierno cubano, ofrecieron todo su espacio de opinión a la «disidencia» cubana y a los políticos de las grandes potencias, y rechazaron las informaciones procedentes de la prensa cubana por ser «versiones oficiales». En el caso de la muerte de Tohuami Hamdaoui, han seguido justo el patrón contrario: han reservado el escaso espacio informativo de la noticia al respaldo de las versiones «oficiales» de las instituciones españolas, y ni el más mínimo a posibles voces críticas.
(...) Los medios que han reflejado de esta manera tan oficial como escueta la muerte del citado ciudadano marroquí resaltan que se trata del primer preso común que muere en España por una huelga de hambre. Una información no del todo cierta, ya que en el año 2002 falleció en Cataluña otro preso tras una protesta similar. Además, categorizar al fallecido como «preso común» ha servido a estos medios para evitar la mención de antecedentes mucho más molestos para el régimen español por su carácter político, como las muertes, tras sendas huelgas de hambre en 1981 y 1990, de dos militantes del grupo armado Grapo. (...)
Mientras, cada una de las huelgas de hambre de «disidentes» cubanos, como Guillermo Fariñas, es cubierta sin ahorro de detalles, por estos mismos medios españoles. Y es que, como nos lo demuestran a diario, no todas las huelgas de hambre son iguales. Ni tampoco todas las muertes.