Los rebeldes libios ordenaron ayer la disolución de todas las milicias y exigieron que estas se pongan bajo las órdenes del Consejo Nacional de Transición (CNT), según informó la agencia «France Press». El mandato llega después de que hombres armados acabasen el miércoles con la vida de Abdel Fatah Yunis, jefe del Estado Mayor de los opositores al coronel Muamar Gadafi.

«Ha llegado el momento de disolver estas brigadas. Cualquiera que rechace la aplicación de este decreto será juzgado», aseguró Mustafá Abdel Jalil durante el transcurso de una conferencia de prensa. En principio, las brigadas de Bengasi serán reabsorbidas por el Ministerio del Interior, sin especificarse qué ocurrirá con el resto de grupos que tomaron las armas durante los días posteriores al inicio de las revueltas, el 17 de febrero.

La muerte de Yunis estuvo rodeada de incertidumbre desde que desapareció el pasado miércoles cuando miembros del CNT fueron a buscarle al frente de Brega (a 160 kilómetros al oeste de Bengasi) para instarle a presentarse en la capital y ser interrogado por «cuestiones militares». Después de acusar a milicianos leales a Gadafi, los mandos rebeldes terminaron reconociendo que los responsables de la muerte de su jefe militar procedían de sus propias filas, concretamente, de las milicias Jarah Ibn al-Obeïdi.

Bombardeo en Trípoli

Por otra parte, en Trípoli, un bombardeo de la OTAN contra la televisión libia acabó con la vida de tres periodistas, sin llegar a paralizar las emisiones. «Tres de nuestros colegas fueron asesinados y otros 15 resultaron heridos mientras cumplían con su labor como periodistas libios», indicó ayer Khaled Bazilia, director de la cadena Al-Jamahiriya, que emite en lengua inglesa.