Cada mes, cuando llegan los resultados de las audiencias televisivas, se comprueba que los canales de ETB están a la baja. Ha sido una caída constante en los últimos meses y años de la que hemos escrito ya suficiente, aunque siempre nos quedan muchas ganas de hacer matizaciones ya que casi siempre despachamos asuntos muy complejos con una frase más o menos oportuna. Y esta caída de audiencias tiene múltiples causas, pero en cualquier caso lo que nos plantea es la utilidad del propio Ente, o dicho de una manera un poco menos aseverativa: ¿qué hacemos con las teles de titularidad pública?

Para consuelo de tontos, la bajada de audiencias ha sido generalizada en las autonómicas del Estado español, y si nos fijamos en entes que en su momento tuvieron mucha presencia y ahora están de capa caída, una de las más relevantes es Telemadrid, que está en porcentajes de audiencia muy similares que los que obtiene ETB-2, por fijarnos en algo que nos preocupa. La marginalidad del canal en euskera, ETB-1, y sus suplementos y repeticiones en ETBsat, es sostenible desde un punto de vista de cohesión idiomática, pero al ver sus contenidos, todo cruje, porque pensamos que no se está apostando por ese objetivo, misión o justificación con los criterios adecuados. Lo de canal deportivo es poco, muy poco.

Por lo tanto ahora, mañana o pasado mañana, se va a plantear qué hacer con estos canales. La financiación formará parte del argumentario decisorio, pero está claro que con los recursos propios actuales no tienen viabilidad, y el gobierno vasco, ¿dónde coloca las líneas rojas de gasto en esta ventana propagandística? Deberá existir un equilibrio entre gastos y audiencias, con todas las variantes de discriminación positiva con el euskera, pero ETB-2, no es competitiva, ni aquí, ni en Jaén, y eso si que debería preocupar. La privatización no es nada fácil, y todos los partidos quieren un juguete televisivo para salir más guapos. En todos los entes cuecen habas, pero las de aquí, ahora mismo, no tienen mucho sabor. El equipo directivo actual no ha sabido qué hacer. La coyuntura era mala, pero las recetas aplicadas, han resultado ser horribles.