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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Le aplauden las ocurrencias al niño

Cuando un niño hace una gracia que divierte a sus mayores, se le iluminan los ojos y repite la ocurrencia a la espera de nuevos gestos de complicidad. Luego las personas se hacen adultas, maduran y no andan buscando constantemente la aprobación de los demás. ¿Todos? No. Todas conocemos al típico graciosete que busca ansiosamente el aplauso ajeno para sentirse querido. Antonio Basagoiti tiene todas las trazas de ser uno de ellos. Con una verborrea más propia de preadolescentes, aspira a que sus mayores, los medios más ultras, le hagan una carantoña. Y estos le aplauden las gracias. El jueves, el dirigente del PP faltó al respeto al alcalde de Donostia en un acto institucional, y la derechona saludaba la ocurrencia. En «El Mundo» incluso editorializaban con el tema y señalaban que «La firmeza mostrada ayer por el presidente del PP vasco al negar públicamente el saludo al alcalde de San Sebastián debería servir de ejemplo a los demócratas en el País Vasco y Navarra». Pues a servidora le parece que lo que demostró Basagoiti fue una falta de educación bochornosa. Para eso le pagaron sus padres una educación privada...

Pero al diario de Pedro J. aún le escuecen los resultados de Bildu. Vean lo que sostenía a continuación: «Que Bildu esté en las instituciones no significa que sea un partido democrático ni que sus representantes merezcan tal consideración». Ni sus representantes ni sus 315.000 votantes. Luego son ellos los demócratas...

Agregaban en el periódico de la carcundia que los miembros de la coalición de izquierda e independentista «son una anormalidad en el sistema que debe denunciarse cada vez que haya ocasión, como hizo Basagoiti ayer. Bildu está envalentonada y no pierde ocasión de hacer gestos para contentar a la banda, a sus presos y al entorno etarra. Lo peor que podrían hacer los demócratas es tratar a los batasunos como a unos políticos más. Hay que desenmascararlos». Anormalidad es la que muestran quienes son capaces de decir semejantes sinsorgadas. Además, yo creo que en el fondo lo que le molesta a Antoñito es que sus amigos no le hayan dedicado una canción a él y sí a Martin Garitano.

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