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Los sindicatos advierten de que precariedad equivale a muerte

La mayoría sindical vasca se concentró ayer en el Boulevard donostiarra para protestar por los tres accidentes laborales mortales ocurridos en Euskal Herria en los últimos seis días, el último de ellos en las obras de rehabilitación de un centro educativo en la capital guipuzcoana que presentaba múltiples irregularidades. Los convocantes reiteraron que detrás de estos accidentes se esconde una elevada precariedad de las condiciones de trabajo.

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J.S. | DONOSTIA

La protesta silenciosa, que tuvo lugar al mediodía de ayer en el Boulevard bajo el lema «No más accidentes laborales. Precariedad igual a muerte», contó con la asistencia de varias decenas de personas, entre las que se encontraban tanto el diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano, como el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, así como los concejales donostiarras Axier Jaka y Nekane Burutaran, también de Bildu.

En la concentración, los convocantes (ELA, LAB, STEE-EILAS e Hiru) aseguraron que en los tres últimos accidentes mortales ocurridos en Donostia, Zumarraga e Irurita, los operarios no contaban con las medidas de seguridad necesarias.

Xabier Pérez, representante de ELA, señaló que la muerte del trabajador acaecida esta semana en el centro educativo San Luis Ikastetxea de Ulia «no es una muerte más, porque reúne todos los ingredientes» que repetidamente denuncia la mayoría sindical vasca, ya que «hay dudas sobre la existencia de una licencia de obra y sobre si esta persona estaba contratada o no», al tiempo que «hay constancia» de que las medidas de seguridad del puesto de trabajo «no se cumplían».

El representante de ELA reclamó que «se tomen las medidas con anterioridad» a que se produzcan los siniestros y que la Inspección de Trabajo «vigile de verdad los puestos», además de añadir que estas situaciones son «controlables desde la administración», más aún en el caso de la última muerte, producida «en un colegio concertado, un colegio legal en todos los aspectos».

Por su parte, la representante de LAB Aitziber Osa incidió en que el último operario fallecido, contratado por la Asociación Católica de Padres de Familia del centro escolar, cobraba el subsidio de desempleo y trabajaba sin el correspondiente permiso del Ayuntamiento.

Los convocantes coincidieron en señalar que las tres últimas muertes «se podían haber evitado cambiando las malas condiciones de trabajo por otras que eliminen los riesgos de sufrir caídas, vuelcos, o ser aplastado».

Tres muertes en seis días

Las centrales se referían así a las circunstancias que han rodeados los últimos accidentes mortales traumáticos. En el primero de ellos, acaecido el viernes en la planta de Arcelor Mittal en Zumarraga, un trabajador subcontratado de 56 años falleció al caerle encima una pieza pesada. Un día después, el sábado, un joven agricultor falleció en la localidad navarra de Irurita al volcar el tractor que conducía. Y el pasado miércoles, un trabajador georgiano de 50 años perdía la vida horas después de sufrir una caída desde una altura de cinco metros en las obras de rehabilitación de un colegio en Donostia en las que había comenzado a trabajar el lunes junto a otro compañero.

La Inspección de Trabajo acordó paralizar la obra por el cúmulo de irregularidades que presentaba. Según el informe preliminar, el andamio «carecía de las más elementales medidas de seguridad» y no existía comunicación de su apertura, ni tampoco plan de seguridad. Además, el fallecido cobraba el subsidio de desempleo.

CCOO también convocó una concentración por esta muerte, bajo el lema «Que no pongan en juego tu vida».

DENUNCIA REPETIDA

Los convocantes subrayaron que la muerte ocurrida esta semana en las obras de rehabilitación de un colegio en Donostia «reúne todos los ingredientes» que repetidamente denuncia la mayoría sindical vasca.

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