OFERTA DE ALIANZA ELECTORAL ABERTZALE PARA EL 20-N
El PNV plantea acuerdos en el Congreso para justificar su no a la alianza electoral
Esgrime que en las Cortes españolas sí podrá llegar a consensos con izquierda abertzale, EA y Alternatiba sobre autogobierno o cultura vasca
Ramón SOLA | DONOSTIA
El PNV intentará que el rechazo a la alianza electoral propuesta por la izquierda abertzale, EA y Alternatiba no le pase factura en forma de imagen, primero, y en las urnas, más tarde. Por ello, al tiempo que dice no a la concurrencia conjunta con estas tres formaciones el 20-N, incidirá en el mensaje de que durante la legislatura sí será posible alcanzar acuerdos en el Congreso de los Diputados en clave abertzale.
A la espera de la reunión que está pendiente para analizar y debatir la oferta, este criterio ya ha sido adelantado por dirigentes del PNV como Iñigo Urkullu, presidente del EBB, o Pedro Azpiazu, portavoz económico del PNV en el Congreso. Azpiazu indicó ayer que su partido apoyará las «propuestas de Bildu» en las Cortes españoles «si nos parecen razonables».
La propuesta de alianza no se ha formulado en nombre de Bildu, ya que lógicamente el sujeto electoral a conformar podría ser nuevo en función de la respuesta que den los dos interpelados: PNV y Aralar. Sin embargo, los jelkides parecen dar por seguro que finalmente será Bildu quien concurra a las urnas.
En declaraciones a Onda Vasca, Azpiazu detalló que no descartan acuerdos coyunturales en materias donde existan «puntos de encuentro» y citó expresamente la defensa del autogobierno, de las instituciones vascas y de la cultura vasca. Desde la parte jelkide se situará esta colaboración en un nivel similar al de la confluencia de voto actual entre los diputados de CiU y ERC en diferentes cuestiones que afectan a Catalunya.
Dos proyectos
También Iñigo Urkullu quiso dejar el asunto limitado a esta opción en las declaraciones hechas el viernes, antes incluso de la presentación pública de la propuesta en Donostia, cuando ya anticipó su disconformidad con una coalición. «De la misma manera que es posible la alianza entre el PSE-EE y el PP en el Parlamento, en el Gobierno Vasco, en ayuntamientos o en diputaciones, también es posible la alianza coyuntural entre formaciones políticas dentro del conjunto del nacionalismo vasco, pero sobre la base de lo que es el proyecto de cada formación política», dijo Urkullu.
Al mismo tiempo que intentar reflejar una mano tendida, el PNV remarca que la estrategia que seguirá su partido en Madrid es diferente a la que utilizarán izquierda abertzale, EA y Alternatiba, habrá que ver si también junto a Aralar. Aspiazu aseguró el sábado en declaraciones a Radio Euskadi que «nosotros estamos haciendo nuestro camino y a ellos probablemente no les guste lo que estamos haciendo, y seguramente tampoco les convenga nuestra estrategia en Madrid».
El diputado jelkide matizó además que dado que estas tres fuerzas no tienen actualmente representación en Madrid «aún tienen que mostrar lo que defienden allí».
Mirando sólo a Madrid
En realidad, la opción de alianzas abertzales no parecía figurar en ningún punto de la agenda del PNV, ni siquiera después de los resultados espectaculares logrados por Bildu el pasado 22 de mayo. A modo de ejemplo, en el discurso anual del día de San Ignacio, en el que el presidente del EBB fijó la posición del partido de cara a las elecciones estatales, no hubo referencia alguna a esta opción, y sí a avanzar por la senda de los acuerdos con las formaciones estatales que han presidido la estrategia del PNV en Madrid en las últimas décadas, ya fuera ante gobiernos de UCD, del PSOE o del PP.
En concreto, Urkullu saludó en el acto del 31 de julio que en esta legislatura que acaba «hemos conseguido competencias negadas durante años. Hemos persistido en la defensa de los intereses de Euskadi. Y lo hemos conseguido. Ahora afrontamos unas nuevas elecciones generales y lo hacemos con la satisfacción del deber cumplido. Hemos conseguido inversiones. Hemos conseguido subvenciones. Hemos conseguido transferencias y más autogobierno. Ha sido la legislatura del Estatuto. Con sus avatares, sí, con todas las consideraciones debidas, sí, pero hemos conseguido encauzar el cumplimiento final del Estatuto, algo que hace catorce años algunos dieron por muerto -prosiguió-. Todavía estamos trabajando para su pronto final. Por eso, para el PNV y su Grupo Vasco en Madrid ha sido la legislatura del Estatuto y del Concierto Económico», remarcó el dirigente del PNV.
Dicho todo esto, Urkullu aseguró que «la siguiente legislatura va a ser la de un nuevo estatus para Euskadi», siempre so- bre la premisa sobreentendida de que la estrategia pasa por acuerdos con la formación que logre llegar a La Moncloa. Así, dijo que los objetivos inmediatos para ello deben ser «evitar las mayorías absolutas en Madrid, que siempre han sido nefastas para Euskadi» y «conseguir un grupo vasco con capa- cidad política y con influencia real», en alusión al PNV.
La posibilidad de una alianza abertzale fuerte no tuvo ninguna referencia en este discurso, pese a la evidencia de que esta vez, al contrario que en 2008, las fuerzas soberanistas están al alza y los jelkides no van a ser los únicos representantes abertzales en Gasteiz. El PNV sólo ha empezado a hablar de la posibilidad de acuerdos, o al menos coincidencias de voto, después del jueves, día en que izquierda abertzale, EA y Alternatiba le anticiparon que iban a trasladar una oferta para concurrir juntos a las urnas y competir en clave de país y no partidista.
Las reuniones de los tres proponentes con PNV y Aralar están pendientes de cuadrar agendas y posiblemente no serán esta semana.
La suma de fuerzas de Bildu se ha convertido en modelo para otros países como Catalunya. Así, SI llamó ayer al resto de partidos secesionistas para acudir juntos a las estatales formando un «Bildu a la catalana», según Alfons López Tena, parlamentario.
Tras la última apelación de Urkullu a la izquierda abertzale para que se dirija a ETA, este sector le respondió en una nota en la que recuerda que «los compromisos adquiridos y las iniciativas puestas en marcha por la izquierda abertzale han sido claves para abrir un nuevo escenario político», en el que se han producido el alto el fuego general, permanente y verificable de ETA y la cancelación del «impuesto revolucionario». Por ello, pide al PNV que en vez de continuar con estas interpelaciones «se implique de una vez por todas y de forma integral en el proceso para la resolución definitiva del conflicto político». Y le recuerda la «oportunidad del 20-N».
Por lo que respecta a Aralar, su número dos, Jon Abril, confirmó ayer que responderán a la oferta de alianza electoral para el 20-N proponiendo fórmulas diferentes en la CAV y en Nafarroa. En una entrevista a Radio Euskadi, Abril confirmó que su partido estudiará la propuesta, pero apuntó que «la realidad es diferente en Navarra y País Vasco».
En principio, la oferta lanzada por izquierda abertzale, EA y Alternatiba alcanza a los cuatro herrialdes en que se celebrarán elecciones el 20 de noviembre. Preguntados expresamente por la posibilidad de desdoblar las fórmulas de concurrencia a las urnas, sus portavoces indicaron en la comparecencia del viernes que no quieren cerrar puertas y que todo dependerá del desarrollo de las conversaciones.
En sus declaraciones de ayer, Abril insinuó además que en caso de acuerdo reivindicarían el liderazgo de una opción electoral conjunta en Nafarroa, al remarcar que «debemos tener en cuenta el peso específico que cada uno tenemos en cada uno de los ámbitos» y añadir a continuación que Nafarroa Bai obtuvo «cerca de 8.000 votos más en Navarra que Bildu» en las elecciones del 22 de mayo pasado (en realidad fueron 6.911 más).
Junto a ello, Jon Abril argumentó que la coalición NaBai «ha tenido representación en el Congreso en las dos últimas legislaturas». Ahora hay dos nuevos factores sobre la mesa: que la coalición ha perdido peso tras la marcha de EA y de Batzarre (que en 2004 y 2008 sí respaldaron a la lista de Uxue Barkos) y que los votos de la izquierda abertzale han sido recuperados para la legalidad a través de Bildu, mientras que en las elecciones estatales de 2004 y 2008 no hubo ninguna opción que les diera cauce.
En el marco general del debate sobre esta propuesta aparecen otros elementos como la próxima celebración del Congreso de Aralar, que podría apostar por sinergias con Bildu aunque Abril matizó ayer que «no se ha hablado de integración». Además, los llamados «independientes» de Nafarroa Bai -con posiciones habitualmente muy cercanas al PNV- han confirmado que crearán el 1 de setiembre la asociación Zabaltzen, con la que pretenden sembrar una opción política para el futuro netamente diferenciada tanto de la izquierda abertzale como de Aralar.
Entre tanto, UPN ya ha dejado claro su temor de que pueda producirse una confluencia en torno a una única lista abertzale para las elecciones estatales en Nafarroa, que tendría el camino abierto para ganar debido a la ruptura de voto entre UPN y PP -por primera vez en su historia en estos comicios- y también al bajón experimentado por el PSN.
Así, el secretario de Comunicación de UPN, Sergio Sayas, ha indicado a PNV y Aralar que «son las manifestaciones de ETA las que marcan la línea política de Bildu y evidencian al servicio de quién está esta coalición y quién marca su verdadera política». Por ello, ha amenazado a ambos partidos con que «quienes suscriban esa estrategia se habrán puesto definitivamente del lado contrario de la libertad y los principios democráticos».
