El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, envió ayer al Parlamento para su ratificación los acuerdos sobre el emplazamiento de bases militares rusas en Abjasia y Osetia del Sur, enclaves independentistas sometidos al poder georgiano.

Los acuerdos, firmados el año pasado entre Rusia y ambas repúblicas, «determinan la jurisdicción» de las bases, el uso de las unidades militares conjuntas, todo ello «a fin de proteger la soberanía» de las partes, según reza un comunicado, publicado ayer en la página web del Kremlin.

La propuesta para ratificar los acuerdos en el Parlamento ruso coincidió con el tercer aniversario del comienzo de la guerra ruso-georgiana por el control de Osetia del Sur, que costó la vida a 170 militares, 11 policías y 219 civiles georgianos como consecuencia del contraataque del Ejército ruso.

Moscú, que acusó a Tbilissi de intentar reconquistar el territorio y presentó la entrada de sus tropas en Georgia como una operación de «imposición de la paz», durante aquel conflicto bélico perdió a 67 uniformados, mientras que por parte de Osetia del Sur murieron 162 militares y civiles.

Tras la guerra, Rusia reconoció las independencias de Osetia del Sur y Abjasia, estableció con ellas relaciones diplomáticas, suscribió acuerdos de asistencia en caso de agresión exterior y desplegó bases militares en ambos enclaves.

Georgia rompió relaciones diplomáticas con Rusia y abandonó la postsoviética Comunidad de Estados Independientes.

El Senado de Estados Unidos adoptó la semana pasada por unanimidad una resolución que exige a Rusia que respete la integridad territorial de Georgia y que retire sus tropas de Abjasia y Osetia del Sur.