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Fin de la gira de Euskadi por Argentina

Una fiesta que se convierte en la más triste pesadilla

La tricolor cerró su periplo argentino de la peor forma posible. Dio una imagen triste, impotente y sin carácter, ante una albiceleste muy seria donde destacó Nocioni y se reservó a Oberto y Scola.

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Argentina 92

Euskadi 28

Arnaitz GORRITI

No todo vale. Era evidente que la selección de Euskadi poco tendría que hacer ante la generación dorada de Argentina y que a la que ésta se pusiera el mono de trabajo, la tricolor perdería su estela en un santiamén. Pero el 92-28 final es más que eso; es un resultado indigno de un combinado repleto de jugadores profesionales -algunos de ellos pertenecientes a la Liga ACB- y con respecto a la comunidad vasca de Argentina, que buena parte de responsabilidad tiene en la celebración de esta histórica gira.

Pero el histórico día devino en tristeza histórica. Argentina jugó su segundo partido en menos de 24 horas y se reservó a Oberto y a Scola, y aun así los de Pablo Laso no consiguieron hacer absolutamente nada. Iglesias anotó la primera canasta del partido, un triple, y con ese 0-3 se acabó la aportación de Euskadi hasta la racha anotadora de Salgado, al final del cuarto. Los de Julio Lamas cerraron el suministro de balones a Otegi -el único, junto a Salgado, que mostró algo más que impotencia por lo que pasaba en la cancha- de modo que la tricolor se vio sin juego interior y casi sin rebote nada más empezar.

La albiceleste empezó a funcionar poco a poco. Nocioni comenzó atinado en el triple -fue el máximo anotador con 24 puntos-, secundado por Delfino -que se hinchó de meter tiros libres gracias a un criterio arbitral desparejo que le costó una técnica a un alucinado Pablo Laso-. En defensa, las rápidas manos de Ginóbili causaron verdaderos estragos, poniendo los nervios de punta a una tricolor que abdicó de jugar a poco que su rival se puso a la faena. Un parcial de 19-0 iba a ser el preludio del desastre, sólo cortado por dos triples de Salgado. Con 19-9 se barruntaba la paliza, pero dentro de la normalidad.

Nueve canastas en juego

Lamas llamó al orden a los suyos para parar al de Santutxu. Sus pupilos -empezando por Pepe Sánchez, que volvió tras dos años retirado- le hicieron caso y se acabó lo que se daba.

Argentina defendía con solvencia, pero Euskadi le ponía su cabeza en bandeja de plata: 9 canastas en juego -cinco triples- de 58 intentos; un 15,5% de efectividad en el tiro -4 de 39 en tiros de dos, un 10,25%-; 26 rebotes ante 45 -Martín Leiva y «Juampi» Gutiérrez no son Scola y Oberto, pero con la ayuda de Nocioni borraron a los pívots vascos, donde Calbarro tuvo sus minutos pese a sus molestias-; y hasta 17 pérdidas. Demasiadas facilidades.

El marcador ponía un esclarecedor 40-17 al descanso. Podía esperarse algo de reacción tras el paso por los vestuarios, pero ésta no llegó, y sí un parcial de 23-6, en el que se vio a una Euskadi perdida por completo y ávida por acabar cuanto antes el partido. Nocioni seguía martilleando el aro a base de triples, ante una defensa zonal que, con la calidad de pase de los jugadores sudamericanos, invitaba al lucimiento.

Estaba claro que la tricolor no iba a llegar a los 40 puntos, pero quizá pudo haber hecho algo más ante una Argentina que, en el último período, decidió sentar a sus más ilustres hombres. Daba igual. El quinteto formado por Figueroa, Quinteros, Kammerichs, Mainoldi y Gutiérrez se sobraba para «pintar la cara» a un rival que sólo anotó cinco puntos -los dos últimos, dos tiros libres convertidos por Casado- y que dejó una imagen muy inferior de sí mismo, convirtiendo lo que debía ser una fiesta en una triste pesadilla.

 

Balance «histórico», según Arturo Aguado

Con paliza o sin ella, la gira de la selección de Euskadi por Argentina ha tocado a su fin. Una gira de diez días de duración y con tres partidos, que calificaba de «histórica, más allá de los resultados deportivos» el presidente de la Federación Vasca de Baloncesto, Arturo Aguado.

«El balance más que positivo, es histórico, conseguido desde el mismo momento en que nos montábamos en el avión y llegábamos aquí. Creo que la mejor forma de reivindicar a las selecciones vascas es realizando actividades de este tipo: juntarnos con selecciones de primer nivel, y más si lo marcamos en un ámbito cultural y social tan importante como es la inmigración vasca de Argentina», declaró.

Obviando el aspecto deportivo, aunque es cierto que jóvenes jugadores vascos de 15 y 16 años acudirán a un campus de baloncesto de Córdoba en agosto de 2012 en un programa de intercambio con las autoridades cordobesas, Arturo Aguado quiso subrayar la «relación con las familias vascas argentinas. Ver cómo nos recibieron es una experiencia que nos puso a todos los pelos de punta y que en adelante difícilmente podremos olvidar». A. G.

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