El malestar aumenta en la Policía británica por las críticas del Gobierno sobre su actuación en los disturbios que afectaron al país entre el sábado 6 y el martes 9 de agosto, y a pesar de ello subraya sus logros, se defiende y sigue con las detenciones, que ya se acercan a los dos millares. Una cifra que, sólo en Londres -donde ya hay 1.414 detenidos y 810 procesados- podría elevarse, según los mandos policiales, a 3.000 personas, porque continúan los registros y los arrestos, y la decisión de las fuerzas de seguridad de publicar las imágenes grabadas de los disturbios está permitiendo identificar a muchos implicados más.

La tensión que hay desde hace días entre la clase política y la Policía aumentó ayer con el cruce de declaraciones de unos y otros. Los mandos policiales, además, son escépticos con la decisión del primer ministro de fichar como asesor al «superpolicía» estadounidense Bill Bratton, ex comisario de Nueva York y Los Angeles, para que ayude en la lucha contra las bandas.

En una entrevista a «The Sunday Telegraph», Cameron prometió «tolerancia cero frente a la delincuencia callejera», la misma que promovió hace años Rudolph Giuliani en Nueva York cuando Bratton era un mando policial en esa ciudad.

Cameron volvió a insinuar la lentitud de las fuerzas de seguridad en cambiar sus tácticas cuando las protestas iniciadas el día 6 pasaron a ser saqueos y actos violentos. Su ministra de Interior, Theresa May, alimentó la polémica al subrayar que lo que se esperaba de la Policía ante los disturbios era mano dura, y que fue cuando los agentes cambiaron su estrategia y pasaron a la ofensiva parando los disturbios cuando su labor obtuvo resultados. Su compañero en el Partido Conservador, el alcalde de Londres, Boris Johnson, dijo estar «obsesionado» con que haya más presencia policial en las calles, porque considera que es lo que ha funcionado para parar la ola de violencia.

Cansados de tanta crítica, los jefes policiales pasaron a la ofensiva, y lo hicieron desde varios frentes. La Policía metropolitana de Londres dio ayer todo tipo de datos sobre sus actuaciones de estos días, desde las detenciones practicadas hasta la investigación en más de 800 lugares del crimen, sin olvidar las muestras de agradecimiento recibidas, hasta el visionado de más de 20.000 horas de grabación de cámaras de seguridad que está haciendo un equipo de 125 agentes.

Junto a los datos, las declaraciones: el máximo responsable de Scotland Yard, Tim Bodwin, volvió un día más a defender la actuación policial y a mostrar su enfado por las afirmaciones que sugieren que se actuó tímidamente ante los disturbios. Bodwin ya advirtió el sábado de que la actividad policial no cesa y por eso auguró que al final de las investigaciones habrá más de 3.000 personas procesadas por los disturbios en la capital.

El presidente de la Asociación de Jefes de Policía, Hugh Orde, señaló que Gran Bretaña no necesita lecciones de un mando policial estadounidense.