La salida de hombres importantes del equipo -Monreal, Camuñas, Pandiani y Juanfran- dejó un cierto poso de incertidumbre en la afición de cara a la que va a ser la primera campaña completa de José Luis Mendilibar al frente del equipo. Ahora, el regreso de Raúl García en calidad de cedido aminora en cierto modo esa sensación, ya que viene a cubrir una posición clave que el propio futbolista de Zizur Nagusia dejó huérfana cuando se marchó al equipo colchonero hace cuatro temporadas.

La mano del técnico de Zaldibar ya se notó en el último tramo liguero -también hubo sus sombras-, y el entorno rojillo confía en que ese mismo tacto y cercanía que permitió que el grupo volviese a ser una piña -a diferencia de lo que ocurría con Camacho- se traduzca en unos resultados que devuelvan la ilusión a El Sadar y permitan, tras varios cursos de infarto, lograr la salvación con más holgura.

De esa unidad en el vestuario debe nacer el embrión de una nueva andadura que haga reverdecer algunos laureles ahora añorados. Pero, como ya ocurriera en la etapa de Javier Aguirre, para ello hace falta tiempo y cierta paciencia en el entorno, pues un bloque no se hace de la noche a la mañana. Si, además, cambia la coyuntura económica del fútbol -la que permitía a los clubes más morosos hacerse con los mejores futbolistas-, Osasuna va a tener la posibilidad de conservar por más tiempo a sus jugadores valiosos.

Con esa vocación de futuro debe enfocar la escuadra navarra la nueva temporada que está a punto de comenzar, la de dar los primeros pasos para conformar un grupo que, a medio plazo, dé los frutos futbolísticos apetecidos. Las nuevas incorporaciones y la savia nueva surgida de Tajonar -es cierto que todavía a ninguno de ellos se les augura el porvenir de los citados Raúl García y Monreal, o de Azpilicueta- deben convertirse en los nuevos mimbres con que fabricar una cesta que no sólo aguante el peso de permanecer en la exigente Primera, sino que transmita una sensación de crecimiento que no ha habido en los últimos tiempos.

Esta será, sin duda, una campaña de relevos -generacionales y por puestos-, de cuya adecuada maduración dependerán en gran medida las prestaciones de una formación que ya sabe por propia experiencia que sólo le vale competir al cien por cien en todos sus compromisos para contrarrestar los poderes que la chequera proporciona a la gran mayoría de sus rivales.

Gran competencia

Ricardo parte, una vez más, como el dueño de la portería, pero la magnífica pretemporada que ha realizado Asier Riesgo, y la progresión de un Andrés Fernández que despuntó la campaña pasada en el Huesca -fue el Zamora de la categoría de plata- hacen tambalear el dominio incuestionable del madrileño.

La defensa es, ahora mismo, la línea que quizá despierta más dudas, en concreto sus alas. Está por ver si Marc Bertrán, que cuajó una irregular campaña con el Tenerife, y el desconocido Raitala, cubren con garantías dichas posiciones. Un motivadísimo Echaide estará al quite por si falla alguno de los dos, dispuesto a comerse el césped con tal de jugar, algo que sin duda no caerá en saco roto con Mendilibar.

Más garantías parecen atesorar los centrales, donde la «sorpresa» la ha protagonizado Roversio, un futbolista que estuvo casi con los dos pies fuera, pero que ha convencido al de Zaldibar, a la par que ha abandonado su condición de extracomunitario. Habrá dura pelea por hacerse con un hueco, y mucho tendrán que sudar Rubén y Lolo, los más discretos de la pretemporada, para disponer de minutos.

La medular tiene un nombre propio: Raúl García. Más maduro y tras conocer la cara amarga del fútbol, el de Zizur Nagusia sabe que su regreso es una relación simbiótica que puede venirle muy bien para relanzar su carrera y, por ende, que Osasuna pueda ganar muchos quilates en la línea de creación y recuperación. Un Rúper inédito el pasado año por culpa de las lesiones debe dar el salto definitivo.

Por no ser algo habitual, curiosamente la vanguardia es la que mejor regusto ha dejado entre los aficionados en este periodo de preparación. Nino siempre ha firmado más de dos cifras, Lekic comienza a justificar su fichaje, todo el mundo espera que Sola siga en la línea del pasado final liguero, e Ibrahima es todo pundonor. Ya veremos.