Interesa la bipolarización. Las televisiones, verdaderas dueñas del actual panorama futbolístico, están empeñadas en que el camino para exprimir todavía más la naranja se encuentra en potenciar al máximo la rivalidad Barcelona-Real Madrid. Tras lo visto la pasada campaña y cómo ha empezado ésta, con la emocionante Supercopa a doble partido disputada entre ambas escuadras, el resto de rivales tendrán que conformarse con un papel protagonista menor y optar a metas menos ambiciosas que hacerse con el título, a diferencia de lo que ocurre en otros torneos europeos, donde la competencia es mucho más abierta.

1. Liga a la escocesa

No gusta que se diga que cada vez la Liga española se parece más a la escocesa, pero la realidad es que -salvando las distancias en cuanto a calidad y seguimiento mediático- el campeonato ha ido derivando a una pugna exclusiva entre los dos más grandes, algo que no sólo se refleja sobre el papel, ondas o rayos catódicos, sino también en la fría tabla clasificatoria, donde la diferencia de puntuación es cada vez más abultada entre culés y merengues frente al resto de formaciones.

Todo apunta a que esta dinámica va a seguir teniendo continuidad en la presente temporada. Sus plantillas de jugadores se encuentran a años luz de las del resto de competidores, y parece poco probable que sufran serios contratiempos, salvo algún que otro tropiezo inesperado en una visita -como les ocurió a los merengues la campaña pasada en El Sadar- que, sin embargo, podría ser lo que, a la postre, determinara el vencedor de la batalla de la regularidad, dada la gran igualdad que se augura a priori.

2. Cracks y promesas

Y en ese camino, los unos por revalidar triunfos, los otros por descabalgar a su eterno enemigo, culés y blancos han optado por caminos en cierto modo diferentes para mejorar lo que ya disponen. La entidad presidida por Sandro Rosell, tirando de chequera al adquirir al futbolista que mayor progresión había demostrado en el Calcio, el chileno Alexis Sánchez, y a su eterno hijo pródigo, Cesc Fábregas, por fin de regreso en la familia blaugrana. Por si fuera poco, La Masía sigue dando sus frutos, esta vez con la explosiva aparición de Thiago -todos hablan ya del relevo natural de Xavi- y la confianza mostrada en un central de futuro, Andreu Fontás. Con ello, Guardiola ya dispone de relevos con cierta garantía para dar refresco a un once al que exprimió al máximo en su laureada última temporada.

Mientras tanto, en el club de Concha Espina todo se ha dejado en manos de Jose Mourinho -su poder deportivo ya es máximo tras la salida de Jorge Valdano-, quien confía en su buen olfato futbolístico para desbancar a un arrollador Barcelona con jugadores de perfil más económico, pero ansiosos por triunfar en el balompié continental. Sahin, al que todavía no se le ha visto por sus problemas físicos, Varane y Coentrao -aunque por el portugués se pagaron 30 kilos- tienen el difícil cometido de confirmar esta nueva filosofía, a la que seguramente no le faltará la guinda del pastel con Neymar en el mercado invernal, un joven talento con mucha calidad, aunque habrá que comprobar cómo se aclimata, dado su fuerte carácter.

3. El oro negro malagueño

Ha sido el gran animador del mercado veraniego de fichajes. El Málaga ha invertido nada menos que 100 millones de euros, el que más en Europa, en la adquisición de jugadores contrastados y bisoñas perlas para conformar una plantilla en la que Manuel Pellegrini tendrá la responsabilidad de hacerles funcionar como un equipo, si quiere obtener los frutos que ya se esperan de ella en su primer año de andadura, y que pasan obligatoriamente por alcanzar un puesto que dé derecho a disputar la próxima campaña una competición continental. Hombres consagrados en la competición doméstica como Joaquín y Cazorla, jóvenes con mucho futuro como Monreal, Sergio Sánchez e Isco, goleadores de la talla de Van Nistelrooy y figuras que despuntan a nivel internacional -caso de Toulalan, Mathijsen o Buonanotte- componen la nómina de adquisiciones gracias al encanto de los petrodólares del acaudalado jeque qatarí Nasser Al-Thani.

Un desembolso económico sólo comparable al que siguen realizando algunas entidades como el Manchester City -o algunos magnates rusos en equipos de la liga de su país-, y que ha ilusionado a la afición malacitana hasta el punto de ver en su club una posible alternativa al dominio aplastante que vienen ejerciendo en los últimos años Barça y Real Madrid. De momento, todo son días de vino y rosas, pero habrá que ver si el esfuerzo económico realizado se compensa con trofeos, y si la apuesta del nuevo inversor se mantiene tan a largo plazo como los compromisos que se han firmado con todas esas estrellas. Y tiene cierto morbo comprobar si el club de la Costa del Sol no acaba como el rosario de la aurora en unos años.

4. Intentar mantener el tipo

La irrupción del Málaga complica las cosas a las formaciones que en los últimos tiempos han ido a rebufo de los dos grandes. La crisis económica no perdona, y clubes que siempre han destacado por su poder monetario ven cómo ha llegado el momento de apretarse el cinturón. Algunos, como el Villarreal, desprendiéndose de una de las joyas de su corona -Cazorla- para reequilibrar su maltrecha caja, tal y como ya tuvo que hacer el verano pasado el Valencia. En parecida tesitura debe moverse el Sevilla, otrora equipo que sabía comprar barato y vender caro, pero que últimamente no da pie con bolo.

De la pericia que demuestren sus técnicos a la hora de sacar partido a sus ajustadas plantillas -Marcelino García Toral estrena andadura con los hispalenses- dependerá su ubicación en la tabla, en lo que parece va a ser una encarnizada batalla por hacerse con las otras dos plazas que permiten disputar la Champions, y el resto destinadas a la Europa League. Siempre cabe la posibilidad de que algún otro equipo dé la sorpresa manteniendo el tipo a esas alturas de la clasificación -recuerden la primera vuelta de Real y Espanyol la campaña pasada-, pero necesitará una considerable dosis de fortuna, consolidada mentalización y no sufrir el mal fario de las lesiones para estar en la pugna.

5. Y el furgón de cola

El resto está llamado a apretar los dientes para no meterse en esos tres últimos puestos que conducen al infierno. Como sucediera la pasada temporada, la lucha se presenta muy igualada, sin que nadie pueda descuidarse lo más mínimo, no vaya a ser que le ocurra como al Deportivo, que en principio no entraba en las quinielas para dar con sus huesos en Segunda. Espanyol, Racing, Sporting, Zaragoza, Levante, Getafe, Mallorca y los tres ascendidos -Betis, Rayo Vallecano y Granada- pueden estar en este bloque.

Si la readecuación a la coyuntura económica ha sido dura para los clubes en teoría grandes, todo queda dicho en el caso de los más modestos. El mercado apenas se ha movido en su caso, quien más quien menos ha tratado de conservar a sus piezas esenciales, pero no ha habido ningún tipo de alarde, como ocurriera antaño. El recurso a la cantera, tan olvidado en anteriores cursos, vuelve a situarse en el primer plano, como obligada solución para cubrir las carencias.