El ministro de Agricultura de Brasil, Wagner Rossi, ha renunciado acosado por denuncias de corrupción, convirtiéndose en el cuarto miembro del gabinete de la presidenta Dilma Rousseff que abandona el cargo en 72 días.

La Policía Federal inició una investigación sobre esas denuncias de corrupción, aunque Rossi negó haber cometido alguna irregularidad.

En su carta de renuncia, señaló que «durante los últimos 30 días me he enfrentado diariamente a una serie de acusaciones falsas, sin ninfuna prueba» por parte de la prensa, y que a petición de su familia, ha optado por dejar el cargo.

En un comunicado, la presidenta Rousseff lamentó «profundamente la salida del ministro», quien a su juicio «le dio una importante contribución al Gobierno con proyectos de calidad que fortalecieron la agropecuaria brasileña».