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segunda vida para los edificios religiosos en borgoÑa

De monasterio a restaurante

Como restaurantes, teatros, bibliotecas e incluso hoteles: vendidos por los ayuntamientos o diócesis a los que su mantenimiento les resulta de los más gravoso, ciertos edificios religiosos franceses están experimentando una segunda vida, como en Borgoña (centro-este).

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Tupac POINTU-AFP | DIJON

Bajo los arcos de La Bussière, una antigua abadía cisterciense construída en el siglo XII y que llegó a albergar hasta 300 monjes, hay un incesante ir y venir de camareros a la hora de la comida. Propiedad de la diócesis de Dijon, debido a sus problemas financieros, la abadía fue vendida en 2005 a un hotelero inglés que la transformó en un «Relais et Chateaux» -tiene una estrella Michelín-, no sin provocar algunas tensiones en la zona. «Si no la hubiéramos comprado, habría terminado en ruinas. De cierta manera, no hay mal que por bien no venga, porque mantiene todo su encanto», explica Emmanuel Hebrard, el chef de 31 años, según el cual la familia Cummings ha invertido «cerca de 20 millones de euros» en la compra y la renovación del establecimiento.

Sin embargo, a poca distancia del valle del Ouche, la iglesia de Saint-Charles-de l'Etang Vergy ha sido recientemente restaurada a un alto costo por la diócesis de Dijon, propietaria del edificio desde el siglo XIX. A diferencia de otras iglesias anteriores a 1905, fecha en la que se produjo la separación Iglesia-Estado, este edificio fue construido por una familia rica y cedido luego a la diócesis, por lo que depende de la parroquia y no del municipio.

En 2009, la Conferencia de los Obispos censó 144 iglesias comunales en desuso desde 1905 en el Estado francés pero, para Eric Millot, vicario general de la diócesis de Dijon, el número es «relativamente pequeño» en comparación con los 100.000 lugares de culto que salpican el país. Que queden en desuso es una tragedia, no así, dice, su transformación en teatro o biblioteca, porque «la cultura también es importante».

En el corazón de Dijon, también llamada la «Ciudad de los cien campanarios», la antigua iglesia de Saint-Etienne (construida en el siglo XI y reconstruida en el XV) alberga desde el año 2009 una parte de la biblioteca municipal. A pocas calles de distancia, el Théâtre Dijon Bourgogne ocupa desde la década de los 70 la antigua iglesia de San Juan (siglo XV).

A 80 km de distancia, la colegiata de Thil, un edificio gótico del siglo XIV encaramado en un promontorio que domina a vista de pájaro los paisajes de Auxois-Morvan, se vende al precio de 435.000 euros. Propiedad particular, está clasificado como monumento histórico y para las renovaciones futuras se requerirán la aprobación de la Dirección Regional de Asuntos Culturales (DRAC). «Cuando alguien compra una iglesia clasificada, no puede hacer con ella lo que quiera. Garantizamos la integridad arquitectónica del edificio, no su integridad moral», apunta Michel Prestreau, conservadora general del Patrimonio en la DRAC de Dijon.

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