Una cosa es indiscutible en cuanto a tortillas de patata se refiere. Los huevos y las patatas no pueden faltar. A partir de ahí, para gustos los colores. Hay paladares conformistas, que con los dos ingredientes básicos les basta. Los más refinados optan por añadirle cebolla bien pochada y si acaso, algo de pimiento. Rojo o verde, eso ya es otra historia. Por último están los revolucionarios, quienes suplantan la patata tradicional por la patata frita de bolsa hecha migas.

Cada cual a su estilo, pero esmerándose por lucir sus habilidades culinarias, el concurso anual que se organiza dentro de la Aste Nagusia donostiarra reunió nada menos que 506 tortillas. Con el punto fijado en La Perla, dos largas colas aguardaban su turno para recibir el número que les acreditase como participantes. Mientras tanto, esperaban con los brazos extendidos, sosteniendo con las manos los correspondientes platos envueltos primero en papel de aluminio y después en bolsas de plástico.

Las bases del concurso establecían que la tortilla había que hacerla en casa, así que los más fisgones no pudieron tomar nota de los trucos ajenos. Los nervios iban en aumento, y es que el jurado no era para menos. Grandes maestros de nuestra gastronomía, como Pedro Subijana, o Juan Mari Arzak se encontraban entre ellos, además del alcalde Juan Karlos Izagirre. Al final, Conchi Liñan fue proclamada como la vencedora.

Y en el muelle

En el otro extremo de la bahía, también hubo concurso. Aunque la cita inicial era a las 11.30, la resaca de la noche anterior se notaba, y las tortillas de patata se hicieron de rogar. Poco a poco se fueron deslizando en la mesa central de la carpa La Flamenka.

Finalmente fueron siete los que se presentaron a la cita. Sus dueños se repartían entre participantes individuales y bares de la Parte Vieja donostiarra. Edorta Agirre, Gema Jauregi y Zigor Urizar fueron los encargados de la difícil tarea de elegir al mejor. La espera se hizo larga, y el resultado parecía difícil, ya que a la pregunta realizada al jurado sobre el nivel al que se enfrentaban, indicaba que todo iba viento en popa.

Los curiosos, poco a poco, iban a más, porque finalizada la cata del jurado, dieron vía libre para que los piratas, así como los curiosos agolpados en la bahía, pudieran degustar entre las siete tortillas. Todas ellas hechas en casa, y con mucho mimo. Al mismo tiempo, y vía micrófono, se supo que el nombre del ganador o ganadora lo darían los bertsolaris que, en breve, subirían al escenario.

Xabier Silveira, Jon Maia, Jexux Mari Irazu y Beñat Gaztelumendi, se asentaron en el escenario para proclamar como vencedora a Maria Dolores, a la que obsequiaron con un delantal pirata. El segundo puesto recayó en el bar Quinto Pino, situado en la plaza Sarriegi.

Al final, todos contentos, y es que ya se sabe que en estas ocasiones, y más en la Aste Nagusia, lo importante es participar, además de poder degustar un buen pincho de tortilla de patata gratis.