El diputado General de Gipuzkoa, Martin Garitano, participó en la Universitat Catalana d'Estiu y ha desatado una fuerte polémica, amplificada hasta la hipérbole más exagerada, por los medios del facherío extremo y, en general, por toda la prensa de obediencia española. Pocos conocen con exactitud el grueso de lo que dijo, la modulación de su mensaje. Pero una respuesta suya -más o menos acertada- a preguntas de la audiencia y una intervención del dirigente de Solidaritat Catalana per la Independència, Josep Guia, han abierto la caja de los truenos y la tormenta no se ha hecho esperar.

Ayer, José María Carrascal, aquel que hizo de las corbatas una marca personal, se despachaba a gusto contra ambos en «Abc». En su postal de verano, clamaba contra Garitano y Guia convencido de haber encontrado un filón y dispuesto a no dejar títere con cabeza.

Garitano afirmó que las acciones mortales de ETA en Catalunya fueron «más que un error»; y abrió un flanco por donde Carrascal entra como elefante en cacharrería denunciando la «pérfida duplicidad de Garitano, que no sólo equiparó a verdugos y víctimas, sino que intentó diferenciar a las víctimas catalanas de las del resto de España». Servidora está convencida que no era ese el ánimo de Garitano, pero sin decirlo pudo dar a entenderlo y, conociendo como él conoce a la jauría del facherío, no le extrañará que le entren a saco.

Lo que no es en absoluto de recibo es sumar al debe de Garitano la respetable opinión del señor Guia que, al parecer, dijo «está bien que deje (ETA) las armas, pero para mi es importante que no se disuelva». Carrascal se la endiña a Garitano, y da sus razones: «Hay que mantener esa banda de asesinos como garantía de que los nacionalistas radicales puedan seguir extrayendo al Estado las concesiones que necesitan en su camino hacia la independencia».

Carrascal se pregunta: «¿Merecen un cargo público en un país democrático?». Y en su respuesta, no sólo les quiere echar de las instituciones sino que «ni siquiera merecen formar parte de una sociedad civilizada».

Ya ven cómo está el ambiente. Quienes organizan la agenda y asesoran comunicativamente a Garitano deberían tomar nota y no dar carnaza a los fachas.

Dicho lo cual, un beso de Maite, para ti, Martin.