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CRíTICA musical

Pastelito muy digerible

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Carlos GIL

Muñecos manipulados a la vista que se convierten en un simple apéndice sin excesiva vida, ya que se trata de adminículos de manipulación simple, en manos de artistas completos que además cantan, bailan y duplican o triplican personajes, pero que nunca pretenden hacer de titiriteros dándoles vidas a sus muñecos de goma-espuma. Todos los componentes del reparto tienes con buenos registros vocales, capacidad actoral, versatilidad, transmitiendo una magnífica energía y que logran gracias a una buena dirección que aplica un ritmo endiablado para que dentro de una escenografía casi de cuento infantil, contarnos una historia muy floja, con una estructura dramática muy propia del musical, pero con unos contenidos en ocasiones algo sonrojantes por su ingenuidad, su tendencia al pastelito inane, por mucho que haya escenas un poco salidas de tono, pasajes algo calientes al usar un lenguaje soez, pero siempre en un parámetro muy asimilable.

Es decir una buena producción, un equilibrio actoral, música enlatada, voces en directo bien acompasadas, muy buen rollo, pero una historia que no sorprende, que hace aguas y que lanza mensaje bastante controvertidos sobre el racismo cotidiano, la propia sexualidad. Los roles de género y que desemboca en una final felicísimo, tópico, pero todavía un poquito más edulcorado, más tendente a lo empalagoso, incluso con una tendencia en su segunda parte a la reiteración y el tedio debido a una especie de urgencia para ir cerrando las tramas con el mismo objetivo de no crear ningún tipo de desazón.

Ficha

Obra: »Avenue Q».

Libreto: Jeff Whitty.

Música y letras: Jeff Marx, Roberto López.

Intérpretes: Ángel Padilla, Leo Rivera, Isabel Malavia, Thais Curia, Mayka Sitte. Dirección musical: Julio Awaq. Dirección artística: Yllana.

Lugar y fecha: Teatro Arriaga, Bilbo. 17-08-2011

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