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Internacional

El jugador de los 20 millones al año

El camerunés Samuel Eto´o ficha por el Anzhí daguestaní y ahora podrá «cobrar como un blanco y sin tener que correr como un negro».

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Joseba VIVANCO

Quizá recuerden a Totó Salvatore Schillaci, aquel desconocido, menudo y oportunista `9' azzurro que fuera máximo goleador del Mundial´90, y que al igual que muchos otros un día emergió como la espuma y luego poco más se supo de él -el caso del ruso Oleg Salenko, `pichichi' del Mundial´94 y fichado luego por el Valencia, es otro-. Pues el bueno de Schillaci, un currante en esto del fútbol, dijo una vez que «ser delantero se ha convertido en un oficio difícil, pero siempre es mejor que trabajar». Lo último que sabemos de él es que está interpretando a un mafioso en una serie televisiva italiana. Su origen palernitano quizá tenga que ver en ello...

Las palabras de Totó enlazan con la huelga en el fútbol de élite que estos días acontece en la llamada Liga de las Estrellas. A muchos aficionados les cuesta ver a los futbolistas como trabajadores al uso, quizá por la privilegiada situación en que viven -bien es cierto que su carrera es corta-, los sueldos que cobran y el sonrojo que produce leer lo que un jugador como Samuel Eto´o se dice que va a cobrar al año, 20 millones de euros, siendo el jugador mejor pagado por delante de Cristiano Ronaldo.

Al final de la década de los cincuenta del siglo pasado, en la Liga española, Paco Gento cobraba ya dos millones de pesetas al año, como Puskas; Di Stéfano los 3,5; y un Kubala en línea descendente no bajaba de los 2,5, mientras un obrero siderúrgico reclamaba 40.000 pesetas para sacar a su famlia adelante durante doce meses. Han pasado los años, las décadas, y poco han cambiado las cosas.

Decía una vez aquel genial jugador holandés que era Dennis Bergkamp, que «con mi primer contrato gané más que mi padre, electricista, en toda su vida. Me di cuenta de cómo funcionaba esto, pero habría sido una locura decir: `No lo quiero'. Todo el mundo gana dinero con el fútbol, ¿por qué no nosotros? Hay mucha gente mirándonos».

Pero aún así, no es de extrañar que el cantado fichaje del león camerunés se antoje un insulto, por mucho que el jugador se guíe por aquella máxima suya de «correr como un negro, cobrar como un blanco». La culpa de tan astronómica cifra -tres temporadas a razón de 20 kilos por cada una- la tiene otro de esos nuevos multimillonarios, en este caso, Suleiman Kerímov, que ha decidido gastar su dinero en el fútbol.

Este dueño de una petrolera, que para su cumpleaños contrató a Shakira y Christina Aguilera, ha aterrizado en el Anzhí, equipo fundado en 1991 en la ciudad de Majachkal, en la inestable República de Daguestán. Cuarto actualmente en la competición rusa, ha fichado este año al buen interior zurdo y ex-del PSV holandés, Balázs Dzsudzsák; al goleador marroquí Mbark Bussufa; al ex del Chelsea Yuri Zhirkov; y por 5 millones al año a un viejo conocido, el ex-madridista Roberto Carlos, de 38 años, y actual capitán del equipo. En ello se ha dejado una buena pasta, que se verá aumentada con la posible llegada de Eto´o y el ofertón que se dice ha hecho al culé Dani Alves.

Y todo eso en una de las zonas más empobrecidas del Cáucaso, cuna de una insurgencia islamista, y a donde el Anzhí sólo se desplaza para jugar sus partidos como local, porque sus jugadores residen en Moscú, a 2.000 kilómetros de distancia de su campo. Sin comentarios.

Gatusso y su pescadería de lujo

Pero hay, no obstante, futbolistas que deciden no vivir sólo del fútbol, y adentrarse en el mundo de los negocios, quizá en sus sueños de juventud o probar en las profesiones más diversas. Fabian Boll, centrocampista del St. Pauli alemán, es uno de ésos.

Compatibiliza los terrenos de juego con sus labores en la comisaría nº17 de la ciudad de Hamburgo, el mismo número del dorsal que luce en su camiseta. Policía como su mujer, su padre y su abuelo. Más curioso es el caso de de Roar Strand, ídolo del Rosenborg noruego, quien compaginó sus primeros años como futbolista con el oficio de deshollinador.

Otra opción más habitual suele ser la de invertir lo ganado. Steven Gerrard, el ídolo de `The Kop', lo hizo no en un pub inglés, sino en una brasserie al más puro estilo francés situada en Southport, a pocos kilómetros de Liverpool. Más llamativa es la afición inversora del duro Gennaro Gatusso, que dio rienda suelta a su sueño de ser pescador e inauguró una lujosa pescadería en Milán.

Arshavin y su línea de lencería

Andrés Iniesta se ha metido a bodeguero, con sus viñas en su Fuentealbilla natal, donde ha sacado esta primavera sus primeras botellas. El chileno Claudio Pizarro y el francés Robert Pires decidieron apostar por su pasión, la cría de caballos, mientras el Kun Agüero ha invertido en el mundo de la velocidad fundando el equipo «Agüero Competición».

Theo Walcott, el pequeño y rápido extremo del Arsenal, es, para desconocimiento fuera de la Islas, un exitoso novelista juvenil, con cuatro novelas sobre las aventuras de su alter ego ``TJ'', -él tenía ese mismo apodo de pequeño- y su grupo de amigos. Aunque nada comparado a su compañero gunner Arshavin, que posee una línea de ropa femenina que se comercializa con éxito en Rusia, incluso algunas prendas están diseñadas por él.

El Ascot-Wembley, el primer partido vía Facebook

Un Manchester United con una media de 23 años le ganó 3-0 al Tottenham el lunes y es ya colíder junto a un City que cada vez se parece más a un equipo en lugar de a una colección de cromos -por fin jugó unos minutos el Apache Tévez, que sustituyó a un desangelado Kun Agüero- y que acaba de arrebatarle al Principito francés Samir Nasry a un Arsenal que pinta cada vez peor. Otro fichaje sonado ha sido el del Chelsea, que ya tiene a su Silva particular, el también ex-valencianista Juan Mata. Habrá expectación por su debut, que puede coincidir en los blues con el del ariete belga Romelu Lukaku, de 18 años, que firmó su primer contrato profesional con sólo 16 y que ha costado 20 millones de euros.

Muchos millones más, pero de espectadores, tuvieron oportunidad de presenciar el fin de semana en Ascot el partido más mediático de la historia. Hablamos del comienzo de la FA Cup -la competición futbolera más antigua del planeta- que enfrentó a los modestos Ascot United y Wembley. Un partido que en una situación normal reuniría a ochenta personas en un campo para 1.150, pudo ser visto a través de Facebook por millones.

Resulta que la compañía cervecera Budweiser se ha hecho con el patrocinio de la competición y para publicitarse se ha volcado en la red social más famosa del mundo. Toda una revolución en el mundo del balompié. Eso sí, el ganador de la eliminatoria tendrá que superar doce rondas previas para llegar a jugar la final en el mítico Wembley.

Entretanto, cabe celebrar el primer triunfo (0-2) de Caparrós en Suiza o la cuarta victoria seguida del Lech Poznan de Bakero, mientras aguardamos el arranque del Calcio italiano, si no hay huelga. Si la hubiera, tampoco nos perderemos mucho, porque como dijo el jugador inglés Ian Wirght, «un 0-0 en Italia es basura; en Inglaterra puede ser un partido muy interesante». Por eso nos encanta la Premier, que el domingo tiene un ManU-Arsenal para no perderse.

Y a falta de fútbol italiano podemos fijarnos en el campeonato maltés, que también arranca, con el vigente campeón y 20 veces ganador del campeonato, El Valletta, que espera reeditar título. No debe empezar como el Lille francés, vigente campeón, y el PSG, dos de los favoritos, que han tenido que esperar a la tercera jornada para estrenar su casillero de triunfos.

¿Y que hay de la cenicienta europea, nuestro simpático Ajax Lasnamae estonio? ¡Empató a cero! Sigue con sus 109 goles en contra y 4 a favor. J.V.

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