¿Qué quiere decir Occidente cuando habla de colaborar en la estabilización y reconstrucción?
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó ayer que el Gobierno de Gadafi está a punto de desmoronarse, pero cree que aún existe cierto grado de incertidumbre. Más que cierto grado, existe una gran incertidumbre sobre un escenario que en ningún caso se vislumbra sencillo y propicio para el acuerdo entre libios. Un escenario posterior a la Libia de Gadafi que condicionará la actitud de las potencias occidentales, una actitud que ya han dejado entrever ofreciéndose -aunque curiosamente suena a exigencia- a colaborar con el gobierno rebelde para lograr la estabilización del país. No faltan ejemplos de ese tipo de colaboración. Tras conseguir el mandato de la ONU «para proteger a la población civil» libia, lo transformaron en carta blanca para bombardear indiscriminadamente y facilitar la victoria rebelde. Ahora, cuando hablan de reconstrucción, quieren decir reparto del pastel. Esa pretensión indisimulada puede hacer derivar la delicada situación libia posterior a Gadafi a todo menos a la estabilidad. Y es que son de temer verdaderamente los ofrecimientos de reconstrucción y estabilización a un país que, casualmente, tiene mucho petróleo.