Tal y como se venía barruntando desde la víspera, Pablo Prigioni volvía a Gasteiz. El Caja Laboral Baskonia oficializaba el «regreso a casa» del base de Río Tercero, después de que éste disputara las dos últimas temporadas en el Real Madrid.

Aunque la primera intención baskonista fuera traerse a otro ex, el esloveno Goran Dragic, procedente de los Phoenix Suns, la imposibilidad de dicha operación por cuestiones contractuales hizo que la entidad gasteiztarra fijara sus ojos en Prigioni, auténtico hijo pródigo que, pese a su calidad e implicación, no ha terminado de triunfar en su periplo madridista. El base de 34 años, concentrado con su selección para disputar el torneo Preolímpico FIBA América, ha firmado por una temporada.

Prigioni defendió los colores del Baskonia durante seis temporadas (2003-09), en las que logró una Liga ACB, tres Copas, dos subcampeonatos de la Liga ACB y otro más de la Euroliga, amén de estar presente en las cuatro Final Fours disputadas por el Baskonia.

Un año después de haber estado a punto de irse al Olympiacos -operación que abortó el propio club baskonista-, en el verano de 2009 firmó por el Real Madrid, un movimiento que no fue bien recibido por los aficionados baskonistas, que lo recibieron a silbido limpio y con peticiones expresas de «queremos la cabeza de Prigioni».

Ribas, escolta a tiempo completo

En el club blanco Prigioni completó dos temporadas irregulares, sobre todo la última, donde promedió 5,9 puntos, 2,4 rebotes y 3,9 asistencias, chocando en más de una ocasión con Ettore Messina y algo desquiciado en el tramo final de su última campaña.

El de Río Tercero regresa a su antigua casa para poner su experiencia y calidad a las órdenes de Dusko Ivanovic. Será el contrapunto de veteranía a la pujante juventud e inexperiencia de Thomas Heurtel.

Asimismo, este fichaje hace que jugadores como Pau Ribas decanten su posición hacia el escolta, donde ha ofrecido un nivel mucho mejor que en las labores de dirección.

A este respeto, el badalonés se congratulaba de la llegada del argentino, porque consideraba que aportará «experiencia» a la plantilla, ya que, en su opinión, Prigioni pondrá «madurez, ritmo de juego y control del partido» al servicio del equipo.

Asimismo, Ribas destacaba que su nuevo compañero «conoce mejor que nadie» la filosofía que imprime Ivanovic, de modo que espera que «se acoplará rápidamente al equipo».

En estos momentos, la plantilla baskonista dispone de diez efectivos -11, en caso de contar a un Dejan Musli que será cedido- de modo que sólo hace falta un pívot -y otro escolta, si es que Oleson deja el club- para cerrar el plantel.