El presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Ben Bernanke, sigue deshojando la margarita para decidir sobre la aplicación de nuevos estímulos económicos. Según anunció ayer, no será hasta el próximo mes cuando se fije el alcance de estas medidas tendentes a empujar la actividad económica a la vista del atasco actual. Por tanto, queda aparcada la posibilidad de una nueva compra masiva de activos. La agenda macroeconómica del día justificaba esa necesidad de más movimientos en Estados Unidos con un crecimiento del 1% en el PIB, dato que demuestra la escasa solidez de la recuperación. En los mercados cayó como un jarro de agua fría el aplazamiento de las decisiones de la Reserva Federal, aunque posteriormente los índices pudieron cerrar con menores recortes. El Ibex, que llegó a caer un 3% con la intervención de Bernanke, terminó con un descuento del 1,37%, hasta los 8.185,50 puntos, por lo que registra una subida semanal del 0,54%. Las perdidas abarcaron al conjunto de bolsas europeas. París restó un 1,01%, Fráncfort un 0,64%, y Londres un 0,02%. En el Ibex, el gran perjudicado fue Mapfre (-5,31%), que veía truncada su positiva evolución. Por detrás, Endesa, FCC, Caixabank, ArcelorMittal y Acerinox, con caídas superiores al 2%. Sólo Amadeus, Gamesa y Popular terminaron en positivo. Los grandes valores, a excepción de Iberdrola (-0,76%), sufrieron recortes por encima del 1%. En París, los peores fueron Natixis (-4,51%) y Veolia Environnement (-4,25%). Los títulos de Technip (+1,76%) y Pernod Ricard (+1,42%) destacaron entre los siete ganadores.