Este verano ha habido más de 200 movilizaciones por el fin de la dispersión en toda Nafarroa: manifestaciones, encarteladas, festivales, marchas a las cárceles... En decenas de pueblos en fiestas se están realizando actos para pedir que se respeten los derechos de los presos y presas, que se derogue la cadena perpetua, que liberen a quienes sufren enfermedades graves e incurables... Y son miles las personas que están reivindicando estos días que el proceso siga adelante y que la política penitenciaria se coloque en clave de resolución del conflicto.

Todo esto está sucediendo porque la gente quiere soluciones, porque la actual política penitenciaria no se sostiene más, porque ya va siendo hora de dar pasos y, sobre todo, porque la situación en las cárceles es de extrema gravedad. Por tirar sólo un dato en torno a la sangría que supone la dispersión para miles de personas, desde junio hemos tenido en Nafarroa tres accidentes de tráfico de familiares, con diez personas implicadas y cuatro que resultaron heridas. Especialmente grave fue el que sufrieron Bakartxo Ruiz, su madre y la compañera de Zigor Ruiz: el coche se salió de la calzada y dio una vuelta de campana antes de acabar en siniestro total. Entre las personas accidentadas hay niños, una embarazada... ¿Hasta cuando esta ruleta rusa de todos los fines de semana?

Ante esta situación, cada vez más sectores sociales están tomando compromisos para acabar con la dispersión lo antes posible. Y ése es el contexto de las movilizaciones por los derechos de los presos y presas que se están produciendo en toda Nafarroa, de norte a sur y de este a oeste, con total normalidad y con una gran adhesión social, y sin ninguna polémica en la gran mayoría de los casos.

La polémica, claramente interesada, no ha surgido en Iruñea, ni en Burlata, ni en Tafalla... Se ha montado en Leitza y ahora en Berriozar, ayuntamientos gobernados por Bildu y NaBai. Es la serpiente de verano de UPN y PP, una lamentable campaña de crispación social que cuestiona el derecho de la gente a manifestarse y a ser solidaria. Y que encima lo hace por meros intereses partidistas.

Desde la iniciativa Egin Dezagun Bidea llamamos a la sociedad navarra a no caer en estas provocaciones, a seguir trabajando por el fin de la dispersión, a organizarse y a salir a la calle en todos los pueblos y barrios. Hoy, sábado, tenemos una cita en Berriozar, en las próximas semanas las movilizaciones se repetirán en otras localidades navarras, y el 17 de septiembre tenemos una nueva cita en Donostia, en la manifestación nacional convocada por Egin Dezagun Bidea bajo el lema «Eskubide guztiekin, euskal presoak Euskal Herrira».

Es el momento de cambiar la política penitenciaria, de abordar la resolución del conflicto y de empezar a dibujar el camino de vuelta a casa de todos los presos y exiliados. Eso es lo que está pidiendo la gente en Leitza, en Berriozar y en toda Nafarroa. Y ésa es la tarea en la que vamos a seguir trabajando en los próximos meses, en todos los herri bilguneak (grupos locales) de Egin Dezagun Bidea que se están organizando por todos los pueblos y barrios.

Egin dezagun bidea. Aurrera jarraitu eta ekin lanari!