El último viernes de agosto incide en los presos enfermos y la deliberación del TC
Miles de personas salieron a la calle por los derechos de los presos en la tarde-noche del último viernes de agosto. Egin Dezagun Bidea citó varios «retos ineludibles» próximos, como la situación de los presos enfermos o la revisión de los casos de alargamiento de condenas.
GARA | IRUÑEA
El periodo veraniego se acerca a su fin con una nueva jornada de denuncia de la política carcelaria. Fue ayer, con motivo del último viernes de agosto, cuando miles de personas se concentraron en los actos coordinados por Egin Dezagun Bidea.
La iniciativa destacó las dificultades para este tipo de actos este veramp, ya sean «comidas populares, partidas de mus o fotos», pero resaltó que «nuestra mayor preocupación no se sitúa a este lado de los barrotes, sino detrás de ellos, ya que la situación de las y los presos políticos sigue en las mismas».
Egin Dezagun Bidea se ofrece como «el vehículo que nos haga andar en ese camino», mediante la organización pueblo a pueblo. «Todas y todos tenemos sitio en estos espacios, ya que toda aportación es necesaria y será, sin duda, bienvenida», añade.
Y es que el otoño trae lo que definen como «retos ineludibles». Por un lado, el Tribunal Constitucional español se dispone a revisar los recursos de presos políticos vascos cuyas condenas se vieron alargadas artificialmente y Egin Dezagun Bidea hace hincapié en que «no es contemplable ninguna sentencia que avale esa doctrina». Y añade que «debemos mencionar de manera especial la situación de las y los presos gravemente enfermos. Nueve de ellos se encuentran ya en sus casas, aunque se les hayan impuesto férreas medidas de control. y no hubiese sido posible sin la movilización y la solidaridad desarrolladas hasta ahora».
Concentraciones
La movilización más importante fue la desarrollada en Bilbo con carácter especial por la Aste Nagusia, ya que reunió a unas 1.300 personas en Sabin Etxea tras comida popular. Hubo otra protesta en la Plaza Circular.
En cuanto al resto, en Muskiz se concentraron 11 personas; en Azpeitia, 32; en Getaria, 35; en Mundaka, 30; en Anoeta, 27; en Iurreta 35; en Oion, 35; en Lesaka, 38; y en Lekeitio, 189.
En Orio 45 personas mostraron su solidaridad con los represaliados vascos, en Aulesti, 91; en Etxalar, 24; en Lizartza, 62; en Zumaia, 45; en Zarautz, 125; en Zizur, 19; en Uharte, 21; en Irurtzun, 20; en Arbizu, 25; y 23 en Gares. En Errenteria hicieron otro tanto 153 personas; en Durango, 68; en Bera, 14; en Hondarribia, 43; en Amurrio, 25; en Hernani, 225; en Leaburu, 9; en Ibarra, 60; en Lekunberri, 14; en Munitibar, 21; en Aramaio, 25; en Ibarra, 150; en Irun, 35;en Abadiño, 52; en Otxandio, 34; en Etxarri-Aranatz, 95; en Ondarroa, 237; en Iruñea, 296; en Donostia, 160; en Irunberri, 40; en Usurbil, 57; en Gasteiz, 420; en Zuia, 27; en Atallu, 29; en Deba, 50; y en Leitza, 50.
En las concentraciones se recordó la manifestación que recorrerá Donostia el 17 de setiembre, desde el túnel del Antiguo, en el contexto de Zinemaldia, que está recabando apoyos del mundo del teatro y cine vascos.
El preso político vasco Ibon Iparragirre Burgoa llegó ayer a la cárcel de Basauri ocho días después de que lo sacaran del centro penitenciario de Sevilla dada la gravedad de su enfermedad. Durante los días que ha durado el traslado, su familia no ha tenido noticias directas sobre su paradero ni su estado de salud, según ha denunciado Etxerat.
Gravemente enfermo, el preso vasco tiene las defensas muy bajas y cualquier infección o enfermedad añadida podría acarrearle consecuencias irreversibles. Según declaró la familia una vez Iparragirre fue repatriado, éste llegó «muy cansado».
Etxerat lamentó que Instituciones Penitenciarias haya ignorado el estado de salud del vecino de Ondarroa, «jugando con su enfermedad una vez más».
También le han vetado el derecho a comunicarse con sus allegados para informarles sobre su paradero. Sus allegados supieron algo de él hace unos días, cuando lo encarcelaron provisionalmente en Valdepeñas. Allí, los familiares de otro preso confirmaron a los de Iparragirre que su hijo estaba allí.
Asimismo, Etxerat exigió la puesta en libertad de todos los presos políticos vascos encarcelados en los estados español y francés con enfermedades graves. GARA
