Un adolescente chileno de 14 años, Manuel Gutiérrez Reinoso, falleció el jueves por un disparo durante la tercera noche de enfrentamientos entre jóvenes y policías, después de 48 horas de huelga general en demanda de mejoras laborales y sociales. La doble jornada de paro se saldó con más de 1.400 detenidos.

El joven fallecido recibió un disparo en el pecho cuando se encontraba sobre una pasarela que atraviesa una avenida en el barrio capitalino de Macul, en las afueras, donde residía con su familia y escenario de disturbios hasta la madrugada de ayer.

La familia de Manuel Gutiérrez acusó a la Policía de estar detrás de su muerte. Su hermano Gerson, que se encontraba con él a las tres de la madrugada, aseguró en la versión digital del diario «El Mercurio» que «apareció una patrulla de Carabineros, escuchamos a nuestra izquierda tres disparos y uno de ellos dio a mi hermano en el pecho». Los dos habían salido con un amigo a ver los incidentes.

Una vez herido, Gutiérrez Reinoso fue trasladado al hospital, pero murió al poco de llegar.

La Policía se apresuró a rechazar su participación en la muerte del joven chileno al negar que los agentes utilizaran armas de fuego y descartó una investigación interna.

Además, otro joven de 18 años, Mario Parráguez Pinto, se encuentra en estado crítico después de recibir un disparo en un ojo y alojársele la bala en el cerebro, mientras participaba en una barricada en el norte de Santiago.

El subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, señaló que «hemos arrestado a 1.394 personas, gran parte de ellas por desórdenes graves y robo; 153 carabineros y 53 civiles han resultado lesionados en todo el país, y un joven ha muerto».

Esta huelga general, convocada por la Central Única de Trabajadores (CUT), el mayor sindicato del país, es la primera a la que se enfrenta el Gobierno de Sebastián Piñera en sus 17 meses de mandato, aunque ya se habían registrado otras limitadas a determinados sectores, como el educativo o el minero.