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LA VUELTA Novena etapa

Revolución en el gallinero

Daniel Martin levantó los brazos y Bauke Mollema alcanzó, por un solo segundo, el primer puesto de la general, pero La Covatilla dejó a Wiggins, Nibali y Van den Broeck como grandes ganadores. Purito sufrió más de la cuenta e Igor Antón y Scarponi se hundieron.

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Amaia U. LASAGABASTER

Ni levantaron los brazos ni se vistieron de rojo, pero Vincenzo Nibali, Jürgen Van den Broeck y -sobre todo- Bradley Wiggins fueron los grandes vencedores de la novena etapa de la Vuelta, 183 kilómetros entre Villacastín y La Covatilla. O directamente de los diez kilómetros de la última ascensión, escenario de toda una revolución en el gallinero.

La paliza que se pegaron los integrantes de la fuga (Sebastian Lang, José Vicente Toribio, Martijn Keizer y Kim Ligthart), prácticamente toda la jornada en cabeza, les hace acreedores a una mención en las crónicas, pero sus esfuerzos se vieron totalmente eclipsados en cuanto la carrera llegó a Béjar, donde arrancaba un ascenso que resultó bastante más decisivo de lo esperado. Y que castigó con especial fuerza a los líderes, paradójicamente, de los dos equipos que habían llevado el ritmo de la carrera hasta allí, Katusha y Lampre. O lo que es lo mismo, Joaquim Rodríguez y Scarponi.

Curiosamente -o no tanto, porque las exhibiciones pasan factura-, ambos fueron los dos primeros clasificados la víspera en la pared de San Lorenzo de El Escorial. El hundimiento fue más llamativo todavía en el caso del italiano, que fue uno de los primeros en atacar en La Covatilla y acabó, salvo sorpresa, despidiéndose de cualquier opción de victoria, al ceder casi dos minutos en meta. No tanto, quizá, por el tiempo perdido, sino por la cantidad de nombres ilustres que le preceden en la clasificación. No parece previsible que todos vayan a fallar.

Más que un segundo

Pegadito a Scarponi llegó el otro gran perdedor del día, aunque en su caso, lamentablemente, no cabe hablar de sorpresa. Igor Antón no ha empezado la Vuelta con buen pie y, aunque el sábado ofreció signos de recuperación, ayer volvió a perder terreno de inmediato respecto a los mejores. Es 30º en la general, a cuatro minutos y medio del líder, y sólo una exhibición más propia de otros tiempos le permitiría acercarse a los objetivos que se marcaba en Benidorm, olvidados ya a estas alturas.

El tercer damnificado del día fue Joaquim Rodríguez, que cedió el maillot rojo a Bauke Mollema por un solo segundo. Aunque no es esa circunstancia la que más preocupa al catalán, que pretendía ampliar su renta antes de una contrarreloj en la que puede caerle una minutada y acabó cediendo tiempo frente a casi todos los favoritos para la etapa de hoy. Salvo Janez Brajkovic, uno de los primeros en quedarse en la subida, en la que perdió casi minuto y medio.

La cara de la moneda también aglutina varios nombres propios. Bauke Mollema, nuevo líder; Dani Martin, que celebra su primera participación en una carrera de tres semanas adjudicándose una de las etapas más apetecibles; Haimar Zubeldia, que sigue con los mejores -ahora mismo es noveno- y no debería hacerlo mal en la cronometrada; Kevin Seeldrayers, un joven escalador al que sus compatriotas consideran la gran esperanza flamenca para las grandes vueltas -ya fue mejor joven en el Giro 2009- en los próximos años... Y, desde luego, tres corredores que bien podrían copar el podio de Madrid: Vincenzo Nibali, Jürgen Van den Broeck y Bradley Wiggins.

El italiano alternó un par de ataques con momentos de sufrimiento que estuvieron a punto de descolgarle del grupo cabecero, con el que de hecho perdió algunos segundos, pero es tercero en la general con una pequeña ventaja sobre los contrarrelojistas y mucha montaña por delante. Al líder de Omega también le dieron para mucho los diez kilómetros de ascensión de La Covatilla, en los que pasó de llevar la iniciativa a contragolpear, para acabar dejándose una veintena de segundos. Pero ya es quinto en la general.

Wiggins, imponente

Y, por último, Wiggins fue el nombre del día. El británico adelantó la exhibición que se le augura en Salamanca y, lejos de minimizar daños, que era lo que cabía suponer, dio un sonoro golpe sobre la mesa que hoy debería permitirle hacerse con el maillot rojo. Y con ventajas considerables respecto a muchos de los hombres que le rodean ahora mismo en la clasificación general, en la que ocupa la 13ª plaza, a un minuto del líder.

Porque el británico es un especialista, y los 47 kilómetros con salida y llegada en Salamanca no parecen dejar demasiadas opciones a quienes no se lucen contra el crono. Y, sobre todo, porque ayer demostró que está fortísimo. Aguantó en el primer tramo de la ascensión, cuando Katusha y Lampre no sospechaban aún que sus líderes no estaban para alardes; puso después a trabajar a Christopher Froome, que atrapó a quienes se atrevieron a saltar -Martin, Roche, el propio Nibali...- y tomó, por último, el mando, imponiendo un ritmo que fue descolgando corredores hasta reducir el grupo cabecero a media docena de hombres. Relanzando su candidatura a la victoria.

Grega Bole se impone en Plouay

El Gran Premio Ouest-France volvió a caer en manos de un velocista, aunque esta vez no se resolvió al sprint. Grega Bole (Lampre) se adjudicó la carrera del calendario del World Tour tras saltar del grupo en los dos últimos kilómetros.

Una fuga numerosa había protagonizado antes la carrera, pero el pelotón fue engullendo a sus integrantes conforme se acercaba la última vuelta al circuito de Plouay. A dos kilómetros de meta saltó Simon Gerrans, y Grega Bole le siguió con tanta fuerza que acabó aventajándole en la llegada. También lo intentó Thomas Voeckler, pero tuvo que conformarse con la tercera plaza. Philippe Gilbert, por su parte, ni siquiera entró en el top-ten, con lo que el número uno mundial sigue en manos de Cadel Evans (con 574 puntos por 568).

El australiano participa en la USA Pro Cycling Tour, cuya quinta etapa fue de nuevo para Elio Viviani (Liquigas). A falta de una jornada para el final de la prueba, Levi Leipheimer (RadioShack) mantiene el liderato de la carrera estadounidense que, ante el éxito de participación y público en su primera edición, ya ha anunciado que repetirá el año que viene. GARA

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