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NIK LAN ETA HIK JAi: Aitor Aurrekoetxea

«El mayor secreto de un talo está en las materias primas utilizadas»

Han concluido las fiestas de Bilbo, donde el Talotoki que tiene Aitor Aurrekoetxea dentro de La Granja no ha parado de despachar talos y talos; una locura que se repite en determinadas fechas festivas, pero que tiene continuidad en el día a día, en especial al ofrecer once especialidades que van desde el chorizo al chocolate pasando por el queso.

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Pablo CABEZA | BILBO

Hasta los 23 años el bilbaino Aitor Aurrekoetxea estuvo ayudando a su padre en los variados trabajos del caserío, especialmente los fines de semana. Cumplidos los 23 decidió independizarse: «Me fui a vivir a Mungia, con las 24 horas de los 365 días en el mundo rural, la gloria», suspira. Diez años después Aitor recuerda con cierta nostalgia que lleva una larga andadura relacionada con diversas actividades agrarias. Y mediáticas, ya que fue participante de los concursos televisivos «Basetxea» y «Granjero busca esposa».

«Tras finalizar los estudios de bachiller, estudié técnico especialista en explotaciones forestales en la Escuela Agraria de Derio. Una vez finalizados, comencé a trabajar como comercial en una empresa de fitosanitarios. En un momento dado me di cuenta de que era una persona emprendedora y que quería autoemplearme, así que, tras realizar un curso de formación continua en la misma escuela llamado `Jóvenes emprendedores en el medio rural', realicé un proyecto agrario destinado a una estructura vertical; es decir, producción elaboración y comercialización de los productos agrarios. Mis sueños comenzaban a hacerse realidad: convertir la agricultura y la ganadería en mi forma de vida, pero teniendo en cuenta que la comercialización la llevaría yo mismo, por lo que empecé a criar cerdos, a sembrar maíz y a comercializar todo esto en ferias agrícolas», explica.

Cualquiera que pasee por la plaza Circular de Bilbo reparará en La Granja, una amplia cafetería de aspecto clásico y donde la madera y la decoración proyectan el pasado al presente. Ahí, según se entra, está el Talotoki de Aitor Aurrekoetxea, donde despacha talos que ya cuentan con once combinaciones posibles. «El mayor secreto de un talo está en las materias primas utilizadas. Nuestra explotación agraria, sita entre Arrieta, Mungia y Larrabetzu, siempre he tenido claro que es vital conocer bien el producto que se comercializa, así que todo lo que vendemos está trazado en origen. Lo producimos y elaboramos nosotros, desde los maizales, cerdos, molinos convencionales para la molienda y para lograr la textura ideal de la harina, el obrador para elaborar los chorizos hasta los invernaderos para el cultivo del pimiento choricero... Con buenos productos, el éxito está garantizado», asegura.

Y no le falta razón a Aitor, pues su Talotoki es sumamente apreciado y punto de referencia para quien busca combinar la naturalidad rural con el asfalto de la ciudad mediante un bocado de talo con chorizo, lomo, chocolate... o queso idiazabal.

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