Alternatiba, EA e izquierda abertzale consideran que «la reforma de la Constitución española impulsada por el PSOE y el PP no es más que un reflejo de la profunda crisis del sistema en la que está inmerso el Estado español». Así lo trasladaron ayer a la ciudadanía en una comparecencia en Bilbo, en la que dejaron sentado que ésta no es una crisis sólo de índole económica, sino también de modelo, institucional y democrática.

Las tres formaciones soberanistas indicaron que el Estado español es «incapaz de garantizar derechos a la clase trabajadora» ni dar soluciones a la ciudadanía que reclama más democracia, ni ofrecer «alternativa alguna a las naciones que en él permanecemos cautivas, despojadas de los derechos que nos corresponden». Censuraron que PSOE y PP planteen en apenas dos semanas, sin consultar a la ciudadanía, «cambiar ese tótem intocable e inalterable, símbolo del secuestro de la voluntad y el derecho a decidir su futuro de la ciudadanía vasca».

En ese contexto de crisis económica e institucional y falta de soluciones, Alternatiba, EA e izquierda abertzale consideran que esta reforma exprés de la Constitución española de 1978 pone aún más de relieve la necesidad de «conformar una gran alianza de cara a defender como pueblo los derechos que nos corresponden».

A Madrid, «como pueblo»

«No es tiempo de pactar en Madrid, es tiempo de acordar en Euskal Herria para luego poder negociar como pueblo en Madrid», enfatizaron, en clara alusión a la invitación cursada al PNV para conformar una coalición electoral de cara a las elecciones del 20 de noviembre. A este respecto, el secretario general de EA, Pello Urizar, desveló que después de un mes «por fin» tienen una cita con los jelkides para la próxima semana.

Con la vista puesta en ella, las tres formaciones apelaron al PNV para que realice «una reflexión generosa y ambiciosa» y aborde la misma «con sentido de país y fuera de intereses políticos específicos». «La defensa de nuestros derechos nacionales exige acudir a Madrid como pueblo, no cada uno por su lado», señalaron las tres fuerzas, que contraponen esta opción con la jelkide de «una candidatura propia para luego hacer cambio de cromos con el inquilino de la Moncloa y ayudarle a que prosperen todas las medidas antisociales que pretenda implantar».

En respuesta a preguntas de los periodistas, Urizar valoró que la enmienda del PNV para incluir el derecho de autodeterminación en la reforma de la Constitución española es una iniciativa «de corto recorrido y meramente cosmética» para enmascarar la colaboración que los jeltzales han mantenido con los diferentes gobiernos.

En el mismo sentido, el portavoz de Alternatiba Oskar Matute precisó que la oferta de coalición electoral responde a «una estrategia que nos permita, como pueblo, lograr el respeto al ejercicio del derecho de autodeterminación que nos corresponde como nación». Matute consideró que «el problema no es la enmienda, el problema es la reforma de la Constitución para el objetivo que se pretende, que es el sometimiento a los mercados», por lo que incidió en que «ahí es donde hay que tener una posición clara».

Justicia social y democracia

Las tres formaciones subrayaron que frente a una reforma constitucional en torno al déficit público al dictado de los mercados, la apuesta de Alternatiba, EA e izquierda abertzale es «acumular fuerzas para construir un marco vasco de soberanía política y económica total».

Los integrantes de Bildu apostaron por medidas que garanticen un reparto justo de la riqueza, en contraposición a una reforma constitucional que supone «profundizar aún más en el proceso de desestructuración total del Estado del Bienestar. casi aniquilado por las últimas reformas laborales y de las pensiones, que prosperaron gracias al apoyo del PNV».

Llamaron la atención, asimismo, sobre la necesidad de crear un marco de democracia real, «una verdadera transición a la democracia», en una Euskal Herria «plena de derechos», en la que se ejerza y respete la libre voluntad de la ciudadanía.

Recordaron, por otra parte, que Euskal Herria vive un momento histórico, «a las puertas de una solución definitiva del conflicto político y armado», en el que «tenemos que decir muy alto y claro que frente al modelo político, económico y cultural español existe una nación vasca que quiere ser dueña de su destino», destacaron.