De María Dolores de Cospedal servidora conoce poco: sus exabruptos contra Bildu, que era la política que más sueldos y más cobraba y que se estrenó como presidenta de Castilla La Mancha en la celebración del Corpus Christi con mantilla y peineta -como hacía Carmen Polo, la mujer de Franco- y que, por cierto, me pareció una horterada. Muy española, quizás, pero ridícula y de otro siglo.

Sin embargo, con esta mujer los think tank de la derecha más pura tienen planes que pronto conoceremos. No es normal que, todos a una, hagan de la Cospedal foto de portada, todos los editoriales le hagan la pelota y alguno incluso sugiera que apunta a las más alta jefatura del Gobierno español. Esperanza Aguirre tiene motivos para estar celosa y preocuparse: Cospedal es la nueva Thatcher manchega.

En «Libertad Digital» el editorial y el comentario de Emilio J. González apuntaban en el mismo sentido. «Cospedal, en la dirección adecuada» titulaba el primero, mientras el segundo, «El ejemplo Cospedal» tenía un tono épico. Cospedal sería casi como la wonderwoman de las películas, «si el PP gana las elecciones generales y sigue su política, creo que este país puede tener solución».

En «El Mundo», foto de primera y editorial, «La Razón» y «Abc», ídem. No me digan ustedes que no es cuando menos sospechoso que todos los periódicos a la par le regalen alabanzas a la señora de la peineta y la mantilla.

Y, ¿a qué viene tanto jabón para la Cospedal? se preguntarán los lectores. Pues nada, que ha recortado gasto público a diestro y siniestro, que privatizará servicios públicos y encima dice que dará el mismo nivel de servicios. O sea, como reza el editorilal de «La Razón», «Cospedal marca el camino», y el del «Abc», «Cospedal da el paso», ella es el espejo donde se deben mirar los hipotéticos nuevos gobernantes tras el 20-N. Cual manostijeras, sin cortarse, corta por lo lindo con todo, y con todos. Obliga a los profesores a trabajar 2 horas más por semana, deja de pagar a las farmacias, privatiza la televisión regional, etc...

Ya ven como las gastan con esta señora, ya conocen los precedentes. La Thatcher manchega apunta fuerte. Veremos hasta dónde la encumbran.