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13º Campeonatos del Mundo

Hornada de nuevos campeones inesperados

Sólo el keniata Kemboi mantiene el rango en los 3.000 metros obstáculos mientras Estados Unidos se hace hueco en pruebas que no dominaba.

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Miren SÁENZ

Daegu coronó ayer a cinco nuevos campeones de seis finales disputadas en la sexta jornada. Sobre la pista azul del Blue Arc, con el estadio surcoreano rebasando los 30 grados de temperatura y una humedad superior al 60 por ciento, sólo Ezekiel Kemboi retuvo su título en 3.000 metros obstáculos.

Lo contrario hubiera sido una tragedia para Kenia, un país que siempre ha sacado tajada de la prueba que escenifica como ninguna el cross en la pista, la disciplina invernal que permite ver en directo a algunos de los mejores africanos en Euskal Herria.

Desde Atenas 2004, donde también ganó Kemboi, los hombres del altiplano se han llevado 14 de las 18 medallas en juego, incluidos todos los oros entre Juegos Olímpicos y Mundiales. A ello también ha contribuido Brimin Kiprop Kipruto, vigente campeón olímpico y mundial en Osaka'2007, que ayer se apuntó la medalla de plata pero le supo a poco porque su idea era incluso atacar el récord del mundo.

Amigos fuera de la pista y rivales en competición, cada uno fue a lo suyo, pero Kemboi apretó más. Para celebrarlo se quitó la camiseta y se marcó un simpático bailecito de estilo tribal que dedicó al público y a su amigo Usain Bolt.

Otra especialista de los 3.000 metros obstáculos, Jennifer Barringer-Simpson, reconvertida en mediofondista, realizó la carrera de su vida para dar a Estados Unidos la segunda medalla en 1.500 tras la conseguida por la legendaria Mary Decker en Helsinki'83.

«Sabía que tenía que mantener la calma y concentrarme en mí misma. La clave fue ésa, porque podía correr mucho en los últimos 400 metros», confesó la vencedora de Iowa, que terminó por alcanzar a una Natalia Rodríguez, finalmente de bronce, cuando lideraba el asunto y también fue superada por la británica England.

En Berlín'09, la catalana fue descalificada porque en su camino hacia el oro derribó a la etíope Gelete Burka, que aún no le ha perdonado. El título fue entonces para la bahreiní Jamal, última dos años después en el ingrato Daegu.

En los 400 metros vallas masculinos reinó el vigente campeón europeo David Greene. Nunca un británico había llegado tan lejos en territorio americano, con grandes aunque veteranos como el inoxidable dominicano Sánchez y el yanki Taylor fuera del podio.

En las femeninas Lashinda Demus, plata en Helsinki'05 y Berlín'09, firmó la mejor marca del año (52.47) e impidió la repetición a la jamaicana Walker, que va del oro a la plata.

Tampoco en los concursos respetaron los galones. Yargeris Savigne saltaba por su tercer título consecutivo y concluyó sexta. La triplista cubana aterrizó en la ciudad surcoreana como líder del año con unos 14,99 metros que no logró superar Olha Saladuha, ganadora con cinco centímetros menos. La ucraniana, sin embargo, ejecutó el bote ganador en su primera tentativa, lo que siempre supone un plus de seguridad. Savigne terminó en la enfermería, con el muslo dolorido, que no le permitió mejorar.

La chica de la portada

No hace falta adivinar que fue la caribeña quien ocupaba ayer la temida portada del «Daily Programme», la revista del certamen que recoge la agenda de la jornada y elige para ilustrar su primera página a una de las figuras del día. Savigne unió su nombre a los de Hooker, Bolt, Robles e Isinbayeva. Sólo la marchadora Kaniskina ha conseguido salir indemne del gafe de un folleto que se está demostrando de alto riesgo.

En el salto de altura se repitió la jugada del milqui. Williams, el único estadounidense de la final, se colgó el oro cuando hace nada los rusos no se le lo hubieran permitido. La competición, que se ha quedado sin Saladino en longitud, tendrá a Mikel Odriozola de madrugada en 50 kms marcha.

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