Turquía rompe relaciones con Israel y lleva el bloqueo de Gaza a La Haya
Turquía anunció la reducción al nivel mínimo de sus relaciones diplomáticas con Israel y ha dejado en suspenso todos los acuerdos militares con el Estado sionista, que se niega a asumir las consecuencias de su sangriento asalto a la flotilla solidaria a Gaza el pasado año. Paralelamente, Ankara anunció que llevará la cuestión del bloqueo de Gaza a la Corte Internacional de La Haya y no excluye nuevas medidas.
GARA |
La ruptura de relaciones diplomáticas y la suspensión de todos los convenios militares bilaterales, anunciada por el mi- nistro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, es la respuesta al contenido del informe de la ONU sobre el asalto a la flotilla, filtrado el pasado jueves por la prensa y cuya publicación ha sido pospuesta en varias ocasiones por presiones del Gobierno de Tel Aviv, de sus lobbies en Occidente y de sus aliados.
El informe de la ONU, que sigue a pies juntillas la posición de Occidente en torno al drama palestino, justifica el bloqueo a Gaza como una medida «legal y apropiada» en aras a la sacrosanta seguridad de Israel. Conscientes de que es difícil sostener eso y mirar a la cara al millón largo de palestinos encerrados en el abigarrado campo de concentración en el que Israel ha convertido la Franja, el informe expresa su preocupación por el bloqueo y recomienda que sea levantado «pronto».
El documento establece que el asalto israelí contra el Mavi Marmara, barco turco integrado en la Flotilla de la Libertad que el 31 de mayo de 2010 intentó alcanzar las costas de Gaza en misión humanitaria, «cumplió con los requerimientos del Derecho Internacional», ya que en su abordaje los militares habrían recurrido a la fuerza «para protegerse de la violenta y organizada resistencia» de la que acusa a sus pasajeros. Nueve ellos resultaron muertos.
Salomón era judío
En la misma línea salomónica -sin olvidar que Salomón fue un rey judío-, el informe critica tímidamente que el uso de la fuerza fue «excesivo» y «poco razonable», para apuntar como «inaceptable» la pérdida de vidas humanas y de «abusivo» el trato dado a los pasajeros.
El dictamen revela que, según el informe forense, «la mayoría de los fallecidos fueron disparados varias veces, incluso en la espalda y a poca distancia», y se limita a añadir que este extremo «no ha sido debidamente acreditado por el material presentado por Israel».
Lo que sí acredita el informe es que Turquía «podría haber hecho más para disuadir a los organizadores de la flotilla» y evitar que se «toparan» con las fuerzas israelíes.
«El ataque israelí se produjo en aguas internacionales contra personas desarmadas. Disparar contra civiles desarmados es un crimen contra la humanidad», recordó el jefe de la diplomacia turca, quien añadió que «incluso en épocas de guerra, los estados deben respetar unas normas y, según esas normas, matar a civiles es un crimen de guerra. E Israel ni siquiera está oficialmente en estado de guerra», recordó Davutoglu.
El jefe de la diplomacia turca anunció que su país llevará el caso del bloqueo a Gaza al Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya. «No es posible ni aceptable que el informe trate el bloqueo a Gaza como algo legal, ya que el Consejo General de Naciones Unidas lo ha definido como contrario al derecho internacional», denunció Davutoglu.
Por de pronto, Turquía llamó a consultas a su embajador en Tel Aviv y expulsó al embajador israelí en Ankara. Las relaciones se reducirán al nivel del segundo secretario de embajada.
Davutoglu anunció que «en tanto que país con una larga franja marítima en el Mediterráneo, Turquía tomará todas las precauciones que estime necesarias para la seguridad de la navegación marítima en el este del Mediterráneo».
Finalmente, suspendió sine die las relaciones militares con Israel, que quedaron congeladas con motivo de la crisis en torno a la Flotilla de la Libertad.
El movimiento islamista palestino se felicitó por la decisión de Ankara, que calificó como una respuesta «apropiada al crimen israelí». Hamas, que gobierna en Gaza, tilda el informe de la ONU de «injusto y desequilibrado».
Más allá de las estrechas relaciones militares entre la Turquía kemalista e Israel, actualmente los contratos bilaterales versaban sobre la importación por Ankara de drones israelíes y sobre la modernización de blindados y de cazas F-16 vendidos en su día por Tel Aviv al hasta hace poco aliado turco.
Israel anunció que acepta «con reservas puntuales» el informe «profesional, serio y profundo de la ONU, realizado por el ex primer ministro de Nueva Zelanda Geoffrey Palmer con la ayuda ni más ni menos que del ex presidente colombiano Álvaro Uribe. No es para menos cuando, como subraya un responsable israelí, reconoce la legalidad del bloqueo, también marítimo contra Gaza y «su puesta en práctica».
Israel se agarra al informe para presentar a Turquía su «pesar» por la muerte de los nueve activistas turcos y no concreta si hará efectivas las indemnizaciones a los familiares que le ruegan asuma los redactores del informe. Pero insistió en que no pedirá excusas a Ankara -lo que podría llevar aparejado exponer a sus soldados a procesos judiciales- alegando que «Israel, como cualquier país, tiene derecho a la legítima defensa».
Fuentes diplomáticas israelíes añadieron, en tono condescendiente, que «Israel reconoce la importancia histórica de las relaciones con el pueblo turco y ha hecho todos los intentos por mantenerlas, mientras espera que finalmente se encuentre un medio para remontar las actuales divergencias» entre ambos países. GARA
