El Reglamento europeo relativo al registro, la evaluación, la autorización y la restricción de sustancias, conocido como REACH en sus siglas en inglés, cumple cinco años de su aprobación por la Comisión Europea. Está ligado con el CLP, que fija las normas de clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas químicas. Ambos reglamentos buscan «garantizar un alto nivel de protección para la salud y el medioambiente». Para llevar adelante ese control, se creó la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA), con sede en Helsinki, que está analizando los productos.

Ese organismo europeo reconoce que se ha intensificado ese control para determinar la peligrosidad de las sustancias. De momento, cuenta ya con un listado de control de 53 sustancias nocivas, tóxicas o muy peligrosas para las personas y el medio ambiente que, como la Comisión Europea determinó, deben estar perfectamente etiquetadas para su control.

El Ejecutivo de Gasteiz, siguiendo los pasos del Ministerio español de Industria, ha puesto en marcha una oficina, «para asesorar a las empresas, sobre todo a las pyme», para adaptarse a la normativa de control. Según destaca el Departamento que dirige Bernabé Unda, «el reglamento europeo REACH tiene incidencia en todos los sectores económicos que utilizan este tipo de sustancias, y afecta a toda la cadena de suministro, desde los fabricantes, a los importadores, los distribuidores y usuarios intermedios».

Desde junio a diciembre de 2008 se prerregistraron en la UE las sustancias que las empresas estaban utilizando para su control. Los datos indicaron que fueron 2,7 millones de prerregistros, unas 20 veces más de lo esperado, que correspondieron a unas 143.000 sustancias diferentes, más del doble de las esperadas. De éstas, 38.000 sustancias son de alto volumen de producción, es decir, fabricadas o importadas en más de 1.000 toneladas al año. «Hasta la fecha se estimaba que había algo más de 2.500 sustancias de alto volumen de producción, cuando en realidad son quince veces más», confiesa el Istas, Instituto Sindical de Trabajo Ambiente y Salud. Sólo del Estado español, la agencia europea ha recibido 90.000 prerregistros.

Evaluación hasta el año 2018

Las empresas que fabriquen o importen sustancias en un volumen superior a 10 toneladas anuales tendrán que realizar una evaluación de la seguridad química. Se deben valorar los riesgos para la salud y el medio ambiente, y verificar qué riesgos se pueden controlar.

La decisión de Lakua supondrá «facilitar» el trabajo de las empresas para adaptarse a los reglamentos europeos. A la vez, desarrollará programas específicos de formación, además de la habilitación de foros para la cooperación en el ámbito industrial.

Todos estos elementos se expondrán en una jornada que se desarrollará en Bilbo el 13 de setiembre. Ese mismo día se pondrá en marcha una página web www.reachclpbulegoa.net. En el encuentro, además de Industria, participarán otros departamentos como Sanidad, Medio Ambiente y Empleo, dado que a todos ellos les compete de alguna manera.

El 1 de junio de 2008 entró en vigor el reglamento del REACH, pero el proceso se alargará hasta el 2018, aunque se tienen que ir cumpliendo diferentes fases.

Según indica la oficina de Helsinki, el proceso de control y evaluación generará información exhaustiva sobre las 143.000 sustancias, pero, sobre todo, llevará aparejado un sistema de prevención. Por eso, las empresas deben estar orientadas y formadas, porque de las 22.472 sustancias de alto volumen de producción se tienen datos de toxicidad oral del 70%; toxicidad para la reproducción del 20%; de posibilidad de ocasionar cáncer en un 10%; y de un 5% de toxicidad para los ecosistemas.